Marzo y la endometriosis

Comienza marzo y con él, el mes para la concienciación sobre la endometriosis una enfermedad que, como ya he contado en varias ocasiones en este blog, afecta a una de cada diez mujeres.

Pese a que las cosas siguen igual en cuanto a diagnóstico, tratamiento y atención, es decir, se tarda en diagnosticar por no existir un método efectivo, no hay tratamiento y hay muy pocos espacios de atención integral de la enfermedad, parece que empieza a moverse algo. Se suman investigaciones sobre la patología, se busca la forma de abordarla de manera adecuada y, lo que es más importante, la sociedad en su conjunto empieza a conocerla.

Cada vez son más las voces de mujeres que hablan de lo que les pasa, cada vez son más las personas que se comprometen con las enfermas, y cada vez está ocupando más el espacio público. Aún queda muchísimo camino por recorrer, sobre todo en nuestro país, donde no hay una normativa clara sobre atención o sobre la obtención de la discapacidad en algunos casos, pero creo que cada vez somos más las que seguimos luchando por que todo eso cambie y eso es muy positivo.

Por fin hemos sacado la regla y sus problemas a la calle sin tabús, sin complejos, sin vergüenzas.

Hoy, les dejo aquí el inicio de Seis horas. Mi vida con endometriosis, el libro en el que conté todo lo que pude sobre la endometriosis, para que sepan que así es como se sienten las enfermas:

Estás sola. Sabes que hay cientos, miles, millones de mujeres como tú, pero estás sola. Sola ante los fármacos; sola pese a las personas que te acompañan y que hacen un esfuerzo ímprobo por entenderte; sola ante los médicos, ante la sociedad y ante ti misma, que minimizas cada debilidad, te avergüenzas y callas una enfermedad que te va recluyendo en esa soledad. Una y otra vez, estás sola ante el dolor insoportable, las piernas dormidas, los calambres, la par lisis de algunos de tus órganos, las digestiones difíciles, la respiración pesada, los sangrados constantes, el cansancio crónico, el desánimo y el desgaste emocional de quien no puede tener vida sin ser realmente consciente de ello. Estás sola ante la endometriosis. Hoy, sé que la única manera de sobrellevarlo es contarlo, luchar por su visibilidad y hacer todo lo posible para que, en una sociedad en la que las enfermedades de mujeres están en un segundo plano, se investigue.