"No soy nadie para que me miren, así que lo único que puedo hacer es vestir más elegantemente que todas las demás."
A pesar de no ser ninguna belleza, Eduardo VIII de Inglaterra (uno de los hombres más elegantes de la época) abdicó del trono para casarse con esta americana divorciada. Madonna ha escrito una película basada en ella y en su romance. Durante su matrimonio con el príncipe, éste le regaló valiosísimas joyas como prueba de su amor que en 2010 se vendieron en subasta alcanzando cifras estratosféricas.
Angelica Houston fue modelo a pesar de su complicado perfil. Esa mirada tiene una fuerza arrolladora, capaz de eclipsar a cualquier rubia de ojos azules.
Diana Vreeland es probablemente la editora de moda más famosa e influyente de la historia. Trabajó para Vogue y Harper's Bazaar y su olfato para la moda le hizo descubrir grandes modelos y fotógrafos. Sus citas y las frases de su columna Why don't you...? son toda una leyenda de la moda.
Paloma Picasso comparte fuerza, personalidad y creatividad con estas mujeres.
Lleva desde los años 80 creando joyas para Tiffany & Co, joyas que transmiten esa singularidad y belleza atípicas.
La elegancia es el refugio de las mujeres menos guapas. Y muchas veces esa elegancia les permite destacar sobre otras mucho más atractivas. No soy una chica guapa, nunca lo he sido, por eso el temor a envejecer no me acucia como a otras mujeres más bellas, que han saboreado desde niñas el poder que da una cara simétrica, unas sonrisa perfecta, un cuerpo de infarto. Te aceptas tal y como eres desde más joven y eso te ayuda a enfocar tu vida en otros aspectos que no son el aspecto físico. Tampoco soy especialmente elegante, ni particularmente fea, no os vayáis a creer; ni pienso que el hecho de ser guapa te haga menos interesante o más tonta. Hay tías puñeteras a las cuales, además de tocarles la lotería de la belleza, el reparto les salió favorable en otros muchos aspectos.
A pesar de todo lo que os haya dicho en el post, me sigue gustando contemplar cosas bonitas y bien hechas, ya se trate de un vestido, una joya, una mujer o un hombre. También me gusta observar y admirar el ingenio, la creatividad, la inteligencia, la seguridad en uno mismo, y el criterio propio.