El "no" es la espada esencial de todo guerrero, con ella se opone a lo que hoy considera injusto. El guerrero está concentrado en su batalla ignorando que mientras el mundo gira en torno a múltiples conflictos, para él todo pasa por ganar su combate y no se da cuenta que puede estar perdiendo otras batallas en campos abandonados por su atención, por eso el tiempo siempre le muestra después todas las guerras que perdió por no comparecencia: es la visión láser del guerrero, que concentra su atención en solo un punto, el agujero negro de su injusticia.
El guerrero tiene su creatividad atada a la batalla en la que está inmerso: sus manos son inseparables de sus "armas". Es un pájaro que sólo sabe volar en contra del viento, lo cual fortalece su valor y la confianza en sí mismo. Cuando consume sus últimas etapas empieza a comprender que su enemigo es quien le ha ayudado a descubrir sus grandes potenciales, y comienza a honrarlo como un maestro, entonces va liberando poco a poco sus manos de sus armas y descubre ante él el horizonte del pacificador...
(En la imagen un fotograma del "Guerrero pacífico")