Léase este post como las conclusiones de la lectura del último libro del Dr. Santiago Niño Becerra. Dejo para la última parte del post lo estrictamente literario. Hace tiempo que sigo el economista en cuestión y he decidido dedicar unas líneas a las ideas difundidas por él relacionadas con el trabajo, los profesionales e indirectamente también con la productividad personal. Ideas que repaso a continuación, vinculándolas con lo que se habla en este blog, saliendo un poco de la productividad para entrar en lo económico y en lo que nos depara el futuro desde mi perspectiva particular.
Imagen vía woodleywonderworks bajo licencia Creative Commons
Vamos a menos
Gestionar los recursos como si fueran inacabables y ya no es posible, desde materias primas hasta los recursos económicos son finitos y difíciles de conseguir. Más allá de los recursos naturales y de un acceso al crédito restringido – comparado con épocas pretéritas- nos vemos forzados a transformar nuestro sistema productivo para basarlo en otro tipo de commodities: Creatividad, conocimiento, innovación … intangibles donde lo que cuenta es la forma de usarlos para innovar, dando solución a un problema o necesidad sin que implique costes elevados. Una cantidad menor de individuos pero muy cualificados y bien remunerados, unas organizaciones con una capacidad de producción superior al estándar de las pymes actuales. Un objetivo que nos queda lejos debido a los déficits en inversión y otras peculiaridades calificables más como lastre que como desventaja.
Excedente del factor trabajo
El aumento de la productividad, como resultado del uso de la tecnología y de la optimización de procesos, lleva a la reducción del número de empleos necesarios. El factor trabajo en un proceso de producción de una actividad industrial clásica se reduce. ¿Podemos imaginar un país con una cuota de parados sostenida alrededor del 15%? No sólo en España, sino también en el resto de Europa
Quiero pensar que el ingenio y la innovación pueden llevarnos a nuevas formas de trabajar. La tecnología nos introduce en un mundo sin distancias y donde con pocos recursos todos pueden crear su propia plataforma de promoción profesional, o su negocio en la red. Hasta ahora, después de terminar nuestra formación hemos buscado un empleo, a partir de ahora seremos nosotros mismos quienes crearemos nuestra propia ocupación.
Priorizar lo que realmente es necesario
Si los recursos son finitos, siendo conscientes sobre este hecho, de su importancia y focalizando en ellos una especial atención. Una especial mención en el ámbito público donde ahora somos más conscientes que nunca de que sus presupuestos no son un pozo sin fondo, tenemos que priorizar, tomar decisiones y saber dónde vamos. Marcarnos objetivos como colectivos, deja de lado gastos que queden fuera de este horizonte y ser valientes a la hora de decir NO. Se generaliza el comentario que hay que invertir en investigación y educación, que la sanidad no se puede tocar, pero ¿somos capaces de decir que NO a gastos que hasta ahora hemos concebido como servicios, o algo que teníamos como un derecho adquirido? No nos queda más remedio.
Nuevas formas de organización
S.Becerra destaca la pérdida de importancia del individuo – aplicable a las empresas o países - frente al grupo. El sistema de competencia donde varias partes invierten recursos para obtener un mayor porcentaje del mercado puede ser sustituido en algunos ámbitos por nuevas formas de hacer. Ejemplo: Colaboración entre varias organizaciones para permitir internacionalizar pymes, aquí compiten pero en el mercado exterior pueden compartir una estrategia común para promocionar y dar a conocer sus productos. En la misma línea se actuaría en el terreno de la investigación y desarrollo, varias empresas mancomunando los esfuerzos para compartir los resultados… Innovar también significa cambiar la forma de organizarse.
El libro y el personaje
El autor, el economista – convertido en los últimos años en figura mediática – Santiago Niño Becerra lleva años hablandonos sobre la actual crisis e insistiendo en los puntos citados en el post. Tanto en el libro que nos ocupa, como en su obra anterior El crash del 2010, demuestra su bagaje y conocimiento en economía y en su historia, lo que le otorga una profundidad de razonamiento que lo aleja de opinadores y carne de tertulia. Su forma de comunicar y de escribir es heterodoxa, no es un gran narrador y escritor pero consigue transmitir su punto de vista al lector de forma clara e incluso amena.
El libro quizás demasiado escueto, con una parte final donde construye una cronología de hechos comentada desde los antecedentes del capitalismo, hasta los ocurridos en los últimos meses. Aun produciendo un sembrado de datos que permiten al lector ampliar su perspectiva sobre los hechos actuales con un fondo histórico y un detallado registro de hechos relevante para entender el hoy, se hace excesivamente larga y crea la sensación de que el economista ha perdido una oportunidad de ofrecer un mayor detalle en su de análisis, o para extender su ensayo. Por lo demás el libro se presenta en forma de panfleto, preguntas y respuestas que versan sobre el momento actual y el futuro a medio-largo plazo. Sencillo de leer y entender.
Bueno, acaba en agosto y los post alejándose de la temática habitual de los escritos sobre GTD y productividad. Seguiré explorando las líneas sobre crecimiento personal o economía relacionada con la productividad, pero a partir de la próxima semana vuelve GTD y otros temas desde la misma vertiente práctica de siempre. Por cierto si quieres seguir a Santiago Niño Becerra puedes hacerlo desde su twitter: @sninobecerra
MÁS ALLÁ DEL CRASH
de Santiago Niño Becerra
Los libros del lince
ISBN: 978-84-15070-15-3