Núñez Feijóo durante un acto de la Xunta de Galicia. Javier Vázquez.
David Bollero, en su artículo así titulado en Público, advierte que la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP no supondrá grandes cambios. “El presidente gallego también sufrirá el efecto Ayuso y, en lugar de llegar como el mesías salvador que pretende, lo hará como quien lleve a cabo una purga interna... y no precisamente para atajar la corrupción… Estrategias como las de Juan Manuel Moreno en Andalucía, que trata de aparecerse como un moderado mientras concede a Vox recortes de derechos y libertades para poder mantener el poder no son coherentes. Su moderación se mide por los resultados de sus políticas y si éstas vienen condicionadas por el fascismo, se alejan de la misma democracia.
Asumido lo dicho por Esteban González Pons, es decir, que en ese Congreso no habrá refundación, advierte que “en ese Congreso no habrá refundación”, la máxima que primará será “lo que sea para tener poder”; donde sea necesario abrazar a la extrema-derecha, se abrazará. No hay más que mirar a lo que Mañueco hará en Castilla y León en esta supuesta nueva fase del PP. González Pons habla de “reiniciar” y, cuando esto se hace, el sistema operativo es el mismo y el actual en el PP está corrupto.
“Feijóo va a tener un liderazgo muy complejo, como si se tratara de un entrenador de fútbol que llega con títulos al club, pero se topa con un vestuario intoxicado por un 'galáctico'... una 'galáctica', en este caso: Isabel Díaz Ayuso, cuyo perfil político se aproxima más a Vox que a Feijóo. A estas horas aún no se ha postulado para la presidencia y, pese a contar con el beneplácito de la presidenta de Madrid, ya anda con una mano atada a la espalda, exigiéndole una purga.
“Si el objetivo es volver a la moderación, depende tanto de dejar de dar alas a Vox con sus alianzas como de que dirigentes como Ayuso se alejen de esa deriva ultra aun sin pactar con los de Abascal... y Ayuso va por libre, no parece que la llegada de Feijóo vaya a cambiar eso y el gallego tiene sobrados motivos para preocuparse, dado que el aval de sus mayorías absolutas en Galicia puede quedar en un mero aperitivo para las fauces de Ayuso”.