MÁS CERCA DE LA TUMBA DE ALEJANDRO MAGNO. El famoso León de Anfípolis podría haber sido el custodio del mausoleo

Estatua del León de Anfípolis

Encuentran en la antigua ciudad de Anfípolis un mausoleo extraordinario. Todo parece indicar que estamos ante la muy buscada tumba del rey macedonio.

Arqueólogos y cazatesoros no cesan de buscar la tumba de Alejandro Magno. Lo único seguro es que su mausoleo no se encuentra en el Oasis de Siwa, como deseaba y le correspondía por ser hijo de Amón. A su muerte, sus generales se disputaron el cuerpo y, tras muchos avatares, se perdió la pista de su enterramiento.

Recientemente ha aparecido un mausoleo en la región Macedonia, en el yacimiento de la antigua Anfípolis, al norte de Grecia. La tumba, magnífico montículo de 30 metros de alto, pertenece a un período comprendido entre los años 325 a.C. y 300 a.C. Alejandro Magno murió en el año 323 a.C. Un muro de mármol de 497 metros rodea el perímetro y su entrada está custodiada por dos esfinges de dos metros de altura.

Es más, de ser así, se especula con que la monumental escultura del León de Anfípolis, situado en las ruinas de Anfípolis, coronaba el mausoleo, señalando que se trata de la tumba de un hombre de particular importancia. Por ahora se desconoce quién es el verdadero ocupante de la tumba pero todo apunta a que podría pertenecer al rey macedonio. 

“Estamos muy contentos porque vamos a poder acceder al interior del recinto. Estamos ante una tumba increíble”, dice la arqueóloga Katherina Peristeri, al frente de la excavación (EFE).

Podría tratarse también de la tumba del hijo, Alejandro IV, y de su mujer Roxana, ambos desterrados a Anfípolis y asesinados allí para que no reclamaran el reino conquistado por el gran general.