Desde principios de año, más de 236.000 personas han muerto debido a desastres naturales, sobre todo terremotos, y alrededor de 256 millones han sido afectadas, según la Estrategia Internacional para la Reducción de Catástrofes de la ONU (ISDR, siglas en inglés).
"Aunque el número de víctimas a causa de catástrofes naturales ha ido descendiendo en los últimos veinte años gracias a la mejora de la prevención y las respuestas, los costes de la recuperación van en aumento", dijo hoy en Ginebra Margareta Wahlstrom, representante especial de ISDR, con motivo del Día de la Reducción del Desastre.
Así, se estima que 235 desastres naturales ocurridos el pasado año han costado a los países afectados y a los donantes 81.000 millones de dólares (61.500 millones de euros).
Una de las causas que encarece la reconstrucción y multiplica los efectos de los desastres es, según la ISDR, el aumento de la población que vive en áreas urbanas y la consecuente pérdida de peso demográfico de las zonas rurales.
"Al menos un 90 por ciento de los damnificados por las catástrofes del pasado año vivía en ciudades", las cuales, en opinión de Wahlstrom, "tienen que mejorar la infraestructura urbanística para poder hacer frente a posibles desastres". "Millones de endebles viviendas -dijo- situadas cerca de cauces de ríos, en laderas de montaña o en zonas de alta actividad sísmica exponen a sus habitantes a desastres que podrían ser evitados". Y agregó: "Seis de cada diez grandes ciudades están localizadas a lo largo de fallas sísmicas".
-La precariedad de las zonas urbanas potencia el desastre
La panacea de la fragilidad urbanística son las barriadas de los países más pobres, donde más de mil millones de personas enfrentan los mayores riesgos ante un repentino desastre.
"En el 2030, el número de personas que vive en barriadas se doblará y el 60 por ciento de la población se ubicará en ciudades", destacó Walhstrom.
Para ilustrar cómo la precariedad de la infraestructura de determinadas zonas y países aumenta la incidencia del desastre, Walhstrom remarcó que, si bien el terremoto de Chile del pasado año fue 500 veces más fuerte que el de Haití, el primero mató a una persona de cada 595 afectadas y el segundo a una de cada 15. Así como la masificación de las ciudades y su precariedad aumentan la incidencia de los desastres, Walhstrom aseveró que éstos son "cada vez más frecuentes e impredecibles".
"Basta con observar la situación en Pakistán o en el Oeste de África tras las recientes inundaciones para darse cuenta de que los fenómenos climatológicos son cada vez más extremos".
-Ciudades más seguras
Para paliar sus efectos, la ISDR dirige una campaña en la que insta a los gobiernos, la sociedad civil y las instituciones internacionales financieras a "convertir las ciudades en lugares más seguros". "No podemos frenar el crecimiento de las ciudades, pero sí gestionarlo de un modo más sostenible", concluyó Walhstrom.
Revista Salud y Bienestar
Sus últimos artículos
-
Hm hospitales recibe a tres nuevos médicos residentes que comienzan su formación postgrado en los centros del grupo
-
Finaliza el reclutamiento de pacientes para el ensayo fase III de tivantinib para el tratamiento del cáncer de pulmón no microcítico
-
Expertos debaten sobre las nuevas Guías ESC de Insuficiencia Cardiaca (IC) y el manejo del paciente con IC
-
Las Unidades de Manejo Integral de Pacientes con Insuficiencia Cardiaca reducen las visitas a Urgencias entre un 30-60% y los ingresos en un 40%