El mundo no estaba preparado para la rápida expansión de una enfermedad como el Sars-CoV-2. A partir de marzo de este año sería decretado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud. Casi 950 mil personas han perdido la vida producto de esta enfermedad, pero algunos analistas creen que el número puede ser mayor.
El pasado 17 de noviembre del 2019, científicos de Wuhan, China, descubrirían el primer caso de infección. Aún sin un claro origen y con varias teorías, el virus se esparció rápidamente. Para enero de este año, ya 18 países confirmaban casos del virus y eran ya cientos los fallecidos. Autoridades chinas cerraron el puerto de Wuhan y ciudades aledañas en un intento por disminuir el impacto.
Los contagios crecerían de manera exponencial a medida que avanzaban los días y muchos países se preparaban para lo peor. Una carrera por equipar hospitales, compra de insumos y sobre todo ventiladores mecánicos. El Covid-19 genera, en pacientes con afección grave, una neumonía que puede resultar mortal.
El cambio de China a Europa
Para el 13 de marzo los brotes sin control en el norte de Italia, España y Francia harían que la OMS declarase a Europa como el nuevo epicentro de la pandemia. Todos los países de la región han declarado tener al menos un caso de Covid-19 y más de 50 han registrado muertes como consecuencia.
Los confinamientos estrictos, cuarentenas y hasta toques de queda llegaron temprano a Europa mientras luchaban con la enfermedad. La llamada política de “última cama” estaba, de forma controversial, siendo aplicada en regiones de varios países afectados.
Estados Unidos y América Latina, el nuevo epicentro
La situación comenzaría a ser crítica a partir de Mayo. Mientras los casos aumentaban en Ecuador, Chile y Estados Unidos. A la fecha, son Brasil y Estados Unidos los países que concentran el 40% de los casos confirmados a nivel mundial.
En Perú y Chile la situación se agravaría entre junio y julio con brotes diarios que superaban los 10 mil casos. Autoridades locales habrían cerrado las fronteras, puertos y aeropuertos pero el contagio comunitario local sería casi incontrolable.
Polémica de reapertura temprana
Muchas han sido las ciudades y países que han reabierto las actividades cotidianas. En Europa ha sido mayormente positivo para la economía local pero han puesto en alerta a las autoridades sanitarias. Inglaterra, España y Francia han mostrado un aumento de los casos en las últimas semanas.
Para Latinoamérica no ha sido diferente. Chile, Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador han comenzado planes de desconfinamiento paulatino. Con la apertura de vuelos nacionales y tránsito intraurbano con medidas más sueltas. Reducción de los aforos y prohibición de eventos masivos han sido algunas de las nuevas reglas.
La nueva normalidad y el temor de una segunda ola
Para la OMS es imperativo el cuidado de las sociedades y estados, sobre todo en vías de desarrollo, ante una segunda ola de contagios. La nueva normalidad, término que se refiere a la forma que viviremos post pandemia, es algo que los expertos aseguran será por al menos unos 3 a 4 años.
Las nuevas reglas de convivencia, el trato en espacios públicos y el valor a la salud son algunos de los cambios principales. En la nueva normalidad, la forma de trabajar, de estudiar, de relacionarse y de convivir ha cambiado. Vemos como países han desarrollado estrategias para combatir los tiempos, no solo de la educación, sino también para las necesidades sociales.
Las elecciones que se celebrarán en esta nueva normalidad tienen el agravante de la pandemia. En EEUU se implementará el voto por correo. Para Chile y Bolivia, las elecciones de octubre serán con franjas horarias específicas de atención. La ONU advierte que estos procesos no pueden ser demorados y deberán, siempre, garantizarse los derechos democráticos de los pueblos.
Sin vacuna, sin solución real
Los esfuerzos de los países y laboratorios alrededor del mundo han acelerado sustancialmente los procesos para crear una vacuna. Sin embargo, muchos aseguran que posible que se demore al menos otros seis meses.
Para varios gobernantes y países, es casi un hecho la creación y masificación de una vacuna antes de que termine el año. La OMS ha advertido no acelerar los procesos y las grandes farmacéuticas han firmado un acuerdo de eficiencia. Esto con el fin de cumplir con los pasos requeridos para una vacuna eficaz.
La OMS también ha creado un acuerdo para la distribución justa de una vacuna para los países menos pudientes. Bajo la iniciativa COVAX, la organización busca el acceso equitativo a todas las personas vulnerable y con alto riesgo, incluyendo los médicos y personal de salud.
Queda mucho aún por ver de la pandemia y el desarrollo de las políticas de salud en el mundo. Un virus que nos ha puesto a todos bajo el mismo peligro y que mantiene a los científicos en una carrera nunca antes vista.