En el 2017 ha aumentado significativamente el número de cubanos con órdenes de deportación pendiente en los Estados Unidos.
Según el Nuevo Herald, ya suman 37.218 los casos de cubanos en esa situación.
Según Brendan Raedy, vocero de Inmigración y Aduanas de los EEUU (ICE), hoy el número de cubanos en centros de detención es superior a los 1.453 que permanecían en los centros de detención al finalizar el año fiscal (el 30 de septiembre).
En 2017 se redujo significativamente el número de cubanos que intentan llegar a los EEUU por vía ilegal. Todo tiene que ver con la entrada en vigor, desde el pasado 12 de enero, del fin de la política de pies secos-pies mojados que, de manera automática, garantizaba el amparo a los cubanos que entraban a los EEUU sin necesidad de visado.
Antes del 12 de enero de 2017, los cubanos que llegaban a los EEUU eran beneficiados con la llamada Ley de Ajuste Cubano. La ley de pies secos-pies mojados implicaba que los cubanos detenidos en alta mar eran devueltos a Cuba, mientras que los que llegaban y pisaban suelo estadounidense no eran devueltos.
Ahora esa política no existe, y los cubanos deben llegar a los EEUU como todos los demás emigrados.
Las balsas de emigrados cubanos que parten desde las costas cubanas rumbo a los EEUU también se han detenido en 2017.
El aumento de la emigración de cubanos hacia los EEUU, utilizando diferentes vías, se volvió una complicación evidente para el anterior gobierno de Barack Obama que, en su esfuerzo por normalizar las relaciones con La Habana, cortó el flujo migratorio desde el 12 de enero.
Ahora parece ser que las deportaciones de cubanos desde los EEUU son una segunda parte de esa política, aunque esta vez bajo la guía del magnate Donald Trump.
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