La escasez de alimento en las aguas cercanas al Ártico, la propagación de bacterias patógenas, la influencia del calentamiento de la Tierra y el aumento de la natalidad podrían ser causas probables del fallecimiento de más de sesenta ballenas piloto, también conocidas como delfines negros, en una playa de la Isla del Sur de Nueva Zelanda. Las autoridades han declarado que no pudieron hacer nada para rescatarlas con vida. Fuentes del Ministerio para la Protección del Medio Ambiente han informado de que comenzaron a vararse hace escasos días en la playa de Farewell Spit, un entorno cuya accesibilidad es complicada.
"Esta es una historia muy triste, y no es un trabajo que le guste hacer a nuestro equipo”, ha declarado el portavoz del Ministerio, John Mason.Ballena pilotoNo son las únicas. Hace apenas un mes otras 20 ballenas piloto murieron en iguales circunstancias en una región del sur de Australia.Por otro lado se han detectado al menos 73 casos de suicidios de ballenas en las costas del Brasil desde inicios de año, una cifra récord, según informaciones del Instituto Brasileño del Ambiente y los Recursos (Ibama)Ballenas varadas en BrasilEstas ballenas son mamíferos marinos del género de cetáceos. Pueden alcanzar una longitud de 8,5 metros y son de color negro con una mancha blanca debajo de la barbilla en forma de un ancla. Es uno de los colectivos dentro del reino animal que más incurre al suicidio.
Últimamente se están dando casos de ballenas varadas con frecuencia, y aunque en Nueva Zelanda es habitual que suceda en verano, los casos han aumentado en 2011 en relación a años pasados, lo que hace que me pregunte si existe relación entre los efectos del cambio climático o se trata de una circunstancia puntual.