Revista Salud y Bienestar

Más de niños gordos

Por Pedsocial @Pedsocial

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La otra mitad del equilibrio para un buen funcionamiento y crecimiento de los niños es el ejercicio: lo que se gasta.

Gastar, lo que se dice gastar, gastamos energía solo por vivir. Más o menos unas 60 calorías por kilo de peso y día, que ya es bastante; o sea el 60% de lo que adquirimos con la comida. Es lo que se gasta en respirar, en que el corazón siga latiendo y el cerebro pensando.

A los niños además les hace falta energía para crecer. Entre 10 y 15 calorías por kilo y día. Además hay algunos picos que no cambian gran cosa.

El resto hasta cien es lo que se necesita y se consume con la actividad física. Y claro, según sea la actividad: si no te mueves nada—en la cama—o casi nada pues no haría falta nada. Porque si no se hace nada y se come más, más calories, se acaba trasformando el sobrante en grasa y acumulándose. Los números que aparecen aquí al lado son una sobresimplificación, con un supuesto de una ingesta de 100 kCal por kg. de peso y dia, que sólo los más glotones podrían alcanzar. Pero sirven para ilustrar que cada caloría ingerida y no consumida, no gastada, va a parar a las reservas: el tejido adiposo, la grasa corporal. La gordura.

Ya se que los niños no paran quietos. Pues sí. Pero no todos. Sólo hace falta observar el comportamiento de los gordos. De forma casi imperceptible se puede ver que reducen su actividad al mínimo necesario: “…acércame esos libros…”, “…traeme eso…”, “…ayúdame que no alcanzo (¡por lo gordo que estoy!)…”, “…espero el ascensor…”, etc. Y suelen elegir las actividades que menos esfuerzo requieren: jugando al fútbol, el gordo siempre hace de portero… y no porque tapa más portería (!)
El uso del cochecito o silla infantil se prolonga hoy día hasta muy por encima de los 2 años, cuando ya los críos pueden andar. Las madres no tiene paciencia para arrastrar de la mano un mocoso que difícilmente puede mantener su paso (además ¿qué mano?: en una el bolso, en la otra el cigarillo, en la otra el móvil, la otra para atusarse la melena y saludar a las amigas, si llueve el paraguas… la diosa Siva).Pero han sido los cambios socials los que más han contribuido a la vida sedentaria. De todos y de los niños en concreto.

Apenas quedan barrios privilegiados—o muy ricos o muy pobres—en los que los niños puedan jugar en la calle como antaño. Resultado: los ratos antes dedicados al juego ahora se pasan en el sofá delante de la tele.

Los desplazamientos, siempre en el coche familiar. A ver quien se sube con los niños en un trasporte público.

Al cole, en bus. Mientras que en Suiza es OBLIGATORIO que los niños de 6 años o más vayan a la escuela andando Y SOLOS, aunque nieve[1]. Pero claro, con el tráfico que tenemos en España, ¿quien se arriesga a dejar a los niños solos por la calle?

Los ejercicios físicos, la educación física de las escuelas, se reciben habitualmente con reticencia por parte de muchos niños. Son un esfuerzo, tiene que hacer lo quete mandan y solo lo que te Mandan, no son muy estimulantes… aburren. El profesorado de Educación Física se ve obligado a hacer enormes esfuerzos de imaginación para motivar al alumnado. Y, además, si faltan horas lectivas, las primeras que se suprimen son las de EF. (Una sugerencia es substituir los calisténicos por el baile. Incluso para los más enanos. Por ejemplo con: http://www.youtube.com/watch?v=69wfayIDhls&feature=youtu.be 

:-)

Parece una gran conspiración para favorecer el sedentarismo. Y solo se puede combatir de forma activa. Si no se hace nada, que siempre es lo más fácil, el camino conduce naturalmente al sobrepeso.

Sin modificar los hábitos sociales de la comunidad, evitar el sobrepeso y la obesidad es una guerra perdida. Los más débiles (de voluntad) serán las primeras víctimas. Y ya vamos por un niño de cada cinco…

X. Allué (Editor)


[1] Ref. Barbara Allué, vecina de Meilen, cantón de Zurich, CH


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