Revista Fotografía
Al la mañana siguiente de su victoria a los puntos frente a Jiménez,
Tomás Gómez recibió una llamada de su controvertido mánager
(Eddy Zhaplan "Morenito de Cartagena"), para comunicarle desde
Barranquilla (Colombia) que sus compromisos como cantante de
boleros le impedían seguir con los entrenamientos.
Pero la desaparición de Zhaplan no fué la única señal de que algo
estaba cambiando en la vida del Tigre de Parla.
Las radios derechotas ya no hablaban de él como él como del Hombre
que le dijo No a Zapatero y los diarios derechorros comenzaban a
tirarle con perdigón del gordo.
Por encima del afán conciliatorio de los medios oficiales, los negros
nubarrones del revanchismo se cernían sobre su horizonte.
Desde zopenco político a cateto de pueblo, pasando por obrerete
culturista sin cultura, Tomás Gómez pudo leer y escuchar la granada
munición que lanza la artillería pesada de Génova cuando divisa
la debilidad del enemigo.
Por un momento pensó tirar la toalla, pero la perpleja vocecita de
Esperanza Aguirre refiriéndose a él como "Tomás ¿que?"
en un telediario, despertó al tigre.
¿Más dura será la caída?. Ya veremos quien cae antes.