Más inmigrantes hispanoamericanos y menos moros

¡Más inmigrantes hispanoamericanos y menos moros! Esa exigencia, dirigida a los políticos españoles de izquierda que priorizan la inmigración del Magreb sobre la hispana, es ya un clamor. La inmigración magrebí es conflictiva por su alto índice de delincuencia, su arrogancia, su violencia, sus diferencias notables religiosas y culturales y sus dificultades para integrarse. Por su parte, la integración de los hispanoamericanos es rápida y sin apenas problemas, mientras los índices de delincuencia de ese grupo son diez veces más bajos que los del colectivo magrebí. Sólo en la miserable Cataluña separatista, llena de odio, prefieren inmigrantes musulmanes porque dicen que los hispanoamericanos llegan con demasiado amor a España, la madre patria. --- La propuesta de que España debe priorizar la acogida de inmigrantes hispanoamericanos sobre los de origen magrebí, basándose en razones de cultura, religión y vínculos históricos, parte de la premisa de una mayor afinidad entre España y los países de América Latina, es muy sólida.

Los problemas de integración están destruyendo a países de Europa con abundante población musulmana por culpa de la creación de guetos, ocupación de barrios, descontento general, violencia y hostilidad de los que llegan contra los que les acogen.

La cultura hispanoamericana, profundamente influenciada por la herencia española, comparte elementos fundamentales como el idioma, tradiciones y costumbres que facilitan la integración. Los lazos históricos, forjados durante siglos de colonización y cooperación, han creado un sentido de hermandad que se refleja en tratados bilaterales y en la facilidad para obtener la nacionalidad española para los descendientes de españoles en América Latina.

Esta cercanía cultural e histórica reduce conflictos sociales y agiliza la cohesión en una sociedad que ya enfrenta retos de diversidad.

Por otro lado, la religión es un factor que a menudo se cita en este debate. La mayoría de los hispanoamericanos profesan el cristianismo, predominantemente el catolicismo, que ha sido históricamente la religión mayoritaria en España. Esto contrasta con la población magrebí, mayoritariamente musulmana, cuya integración puede percibirse como más compleja debido a diferencias religiosas y a estereotipos arraigados.

Es cierto que priorizar a unos inmigrantes sobre otros por razones culturales o religiosas podría generar tensiones diplomáticas y sociales, además de contradecir los principios de igualdad y no discriminación que rigen las políticas migratorias modernas.

En lugar de establecer preferencias, España podría reforzar su esfuerzo por integrar a los que llegan, un capítulo abandonado por el gobierno.

Pero, objetivamente, integrar a latinoamericanos ofrece más garantías de éxito y requiere mucho menos esfuerzo e inversión que hacer lo mismo con un marroquí o un nigeriano, un factor que debe tenerse en cuenta en la política migratoria.

Francisco Rubiales