La objeción de conciencia entre médicos y otros profesionales sanitarios preocupa a los grupos de presión a favor del aborto. Según este informe de Politico Europe, en Italia, el 70% de los ginecólogos y el 48,8% de los anestesistas rechaza practicar abortos. En algunas zonas del país, como Campania y Sicilia, la objeción llega al 84%. El mismo diario se muestra preocupado porque el número de abortos ha descendido, de 140.000 en 2004, a 88.000 en 2015, y cree que la ley de 1978 se ha quedado obsoleta, porque aún conserva la cláusula de conciencia introducida por la Democracia Cristiana.
El país tiene, junto con España, la tasa de fertilidad más baja de Europa, y aun así, los grupos pro-aborto creen que se eliminan muy pocos bebés y que hay que suprimir o restringir la objeción de conciencia.
En Alemania, el periodismo también está presionando para remover el derecho a la objeción de conciencia al aborto. Algunos medios han emprendido una campaña de escarmiento contra una obstetra que se niega a practicar abortos en un hospital de Dannenberg de la que es jefa de la unidad de Ginecología.
Si el aborto tropieza hoy con un obstáculo verdaderamente serio, es la
evidencia científica sobre el comienzo de la vida humana y la aceptación
por los médicos de ese hecho objetivo.
“Esta es la razón por la que el lobby del aborto” –señala Agenda Europe– “y sus amigos en la política y los medios, están
combatiendo tan ferozmente contra la objeción de conciencia”.