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Más motivos para replantearse el running de resistencia. ¡Deja de correr crónicamente!

Por Robertosancheze
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Más motivos para replantearse el running de resistencia. ¡Deja de correr crónicamente!

Nunca he escondido mi oposición al Cardio Crónico, ya sea en modo urban o trail. Por muchos “nacidos para correr” que hayan, por mucha caza por persistencia -a mi entender malinterpretada- y por mucho marketing del running que nos bombardee, siempre he pensado que correr largas distancias es una de las peores incoherencias naturales que solemos se suelen practicar. Eso no es correr de verdad.

Estos días está corriendo como la pólvora un artículo del Wall Street Journal titulado El ejericio equivalente a una hamburguesa con queso? que trata sobre algunas investigaciones recientes acerca de los ya no tan evidentes beneficios para la salud del running, o más bien perjuicios semejantes a los que provoca una dieta basada en McDonald’s.

Como suelo compartir en la redes sociales estos artículos pero algunas veces se me han quejado de venir en inglés, hoy comparto una humilde traducción. Espero que la difrutes, que dejes de correr crónicamente y que te pongas las pilas ya mismo con entrenamientos más cortos, intensos e interválicos.

<<Durante los últimos meses, fuera de temporada de las pruebas de resistencia, algo extraordinario ha sucedido: la línea entre los efectos para la salud que separa correr maratones y comer hamburguesas con queso ha empezado a desdibujarse.

“No estoy preocupado”, dice el veterano entrenador de running Mark Sullivan, que ha corrido más de 150 maratones, bromeando con que “hay tipos que viven hasta los 100 fumando cigarrillos y comiendo hamburguesas con queso.”

Los atletas de resistencia han disfrutado de su “imagen de hierro” -en referencia a los Ironman. Pero en medio de la creciente evidencia de que las dosis extraordinarias de ejercicio puede disminuir los beneficios de cantidades más modestas, esta imagen ha quedado manchada. ¿Dónde quedan los seis años de longevidad extra que se le habían otorgado al running? Investigaciones recientes sugieren que esta ventaja puede desaparecer si se corren más de 30 millas -48 km- a la semana.

¿Y las pruebas de que el ejercicio provoca mejoras de la presión sanguínea y los niveles de colesterol y una robusta salud cardiaca? Otros estudios recientes sugieren que entre los deportistas extremos esas bendiciones pueden ser compensadas ​​en parte por un aumento de la vulnerabilidad a la fibrilación auricular y la aparición de placas en la arteria coronaria.

A la vista de esta investigación, el eterno escepticismo sobre la posibilidad de “sobredosis de ejercicio” se está ablandando entre muchos médicos deportivos. “La lección que he aprendido en 40 años trabajando en cardiología es que cuando hay esta cantidad de humo, a menudo también hay algo de fuego”, dijo Paul Thompson, un especialista en medicina deportiva y veterano en maratones, jefe de cardiología del Hospital de Hartford, en Connecticut.

Ya hace muchos años que existe cierta preocupación anecdótica sobre el atletismo de resistencia. Problemas cardíacos que han requerido de cirugía han obligado a retirarse a dos ganadores del Campeonato del Mundo de Triatlón Ironman. En 2011, el ganador del Ironman Normann Stadler se sometió a una cirugía de emergencia para reparar un gran aneurisma de la aorta, una enfermedad no causada pero muy posiblemente agravada por el atletismo de resistencia. Las investigaciones muestran una asociación entre el atletismo de resistencia y raíces aórticas dilatadas.

Otros estudios recientes sugieren que los significativos beneficios del running sobre la mortalidad pueden disminuir o desaparecer en kilometrajes superiores a 30 millas a la semana y otros estudios muy reducidos han demostrado que los niveles de la placa coronaria en corredores de maratón son elevados -un problema que teóricamente podría causar el ejercicio riguroso.

“Las enfermedades del corazón provienen de la inflamación y si constante y crónicamente te estás inflamando a ti mismos, sin permitir que tu cuerpo se recupere, ¿por qué no iba a existir una relación entre el exceso de ejercicio y las enfermedades del corazón?” dijo John Mandrola, electrofisiólogo y columnista TheHeart.org.

Sin embargo, especialistas en medicina deportiva están muy divididos sobre si cualquier advertencia estaría justificada ahora mismo. Después de todo, por cada estadounidense que se ejercita extremadamente hay miles de personas que no hacen ejercicio en absoluto y que encajarían en todas las advertencias relacionadas con la falta de ejercicio y el sedentarismo. Por otra parte, la evidencia de los peligros del ejercicio extremo está lejos de ser concluyente y entra en contradicción con otros estudios que sugieren que los beneficios del ejercicio pueden acumularse hasta el infinito.

“Es cierto que la mayoría de la protección cardiovascular proviene de ejercicio a niveles más moderados, pero no hay pruebas concluyentes de que no haya límite superior”, dijo Benjamin Levine, director del Instituto para el Ejercicio y Medicina Ambiental en Dallas y profesor de medicina en la Universidad de Texas Southwestern Medical Center.

“Yo no quiero que nadie lea que el ejercicio puede ser malo” añadió Mandrola, un ciclista apasionado. “Algunas personas hacer un montón de ejercicio y están protegidos. Algunas personas probablemente tienen cierta susceptibilidad individual a la misma. Soy un gran creyente en los intervalos cortos de alta intensidad “.

La medicina deportiva ya tiene su historia en ignorar las señales de advertencia. Mucho después de que surgieron evidencias de que el exceso de hidratación podría ser fatal para los corredores de maratón, los expertos siguieron animando a los corredores a bebern tanto como fuera posible -conllevando tragedias completamente evitables como la muerte de una madre de tres niños de 43 años de edad en el Maratón de Chicago de 1998. “¿Por qué pasaron 20 años antes de la aceptación de la evidencia original?” clamaba un artículo de 2006 en el British Journal of Sports Medicine.

A raíz de la reciente aparición de estudios que encuentran altos niveles de placa coronaria en los corredores de maratón, la medicina deportiva está desacreditando el mito de que la carrera de distancia confiere una protección casi absoluta contra las enfermedades del corazón. “La creencia solía ser: si usted es un corredor de maratón está protegido”, dijo Thompson. Al mismo tiempo que se toma en serio la creciente evidencia de los riesgos potenciales del ejercicio de resistencia, Thompson dijo que sigue sin desaconejarselo a sus pacientes. “Como excorredor de maratones, sigo inclinándome favorablemente hacia los grandes volúmenes de ejercicio.”

Haciendo públicos los peligros potenciales del ejercicio de resistencia se podría dar a los atletas recreativos argumentos para resistir la presión de tener que entrenar más y más duro. Dentro de las comunidades de running y triatlón, la gloria está a menudo reservada para los que corren distancias extremas. “Cuanto lejos llegas, más personas te admiran”, decía Aaron Baggish, un triatleta y corredor de maratones, cardiólogo del Massachusetts General Hospital.

La advertencia más potente sobre los peligros del ejercicio de resistencia puede ser la de James O’Keefe, cardiólogo deportivo y ex triatleta de élite. A sus 40 años de edad, O’Keefe comenzó a experimentar palpitaciones del corazón después de hacer ejercicios. Ahora cree que el culpable era el ejercicio continuo. En un artículo que escribió el año pasado en los Procedimientos de la Clínica Mayo dijo: “el ejercicio de resistencia excesivo a largo plazo puede inducir la remodelación estructural patológica del corazón y las grandes arterias”.

Como director de un proyecto que lleva en marcha algunas décadas llamado Estudio de Salud de Corredores Nacionales, Paul Williams ha publicado decenas de artículos científicos que muestran que el running provoca una gran variedad de beneficios para la salud. Pero junto con Thompson de Hartford, Williams acaba de terminar un estudio de 2.377 corredores y caminantes que han sobrevivido a ataques de corazón. En 10,4 años, 526 de ellos murieron, el 71,5% de ellos por enfermedad cardiovascular. Lo que Williams encontró es que cuanto más corrieron o anduvieron tras un ataque al corazón, menos probabilidades tenían de morir de enfermedades del corazón -siempre que no superaran los 7,1 km de carrera o 10,7 km de caminata diaria.

En definitiva, el estudio concluye: “El exceso de ejercicio aumenta significativamente la mortalidad.”>>

Más motivos para replantearse el running de resistencia. ¡Deja de correr crónicamente!


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