Sólo las sociedades innovadores de poblaciones jóvenes se adaptarán a los nuevos cambios del Siglo XXI. Las sociedades con una población más joven tendrán un futuro más prometedor. La idea nos la sugiere un artículo sobre los principios de innovación social en 2012. Como la necesidad de la innovación se acelera, los países con crecimiento más rápido y más mano de obra juvenil será más dinámico y más expertos en el cambio. A inicios del Siglo XXI el mundo acomete grandes cambios y desafíos y tan sólo la sociedad más innovadoras, flexibles y adaptativas se podrán transformar a los nuevos tiempos. Y la acomodación va a depender en gran medida del volumen de población de niños y jóvenes de los territorios. El nuevo mundo exige un ritmo de innovación radical en tiempo y forma y demanda la implicación de las poblaciones más jóvenes y más preparadas para asumir y liderar los cambios. En concreto, los impactos sobre los recursos de la clase media de los países emergentes de rápido crecimiento global demandan una urgente aceleración de la innovación. Sabemos que el planeta no puede sostener un período adicional de cuatro mil millones de personas que reproducen los patrones actuales de producción y consumo en Occidente. En este momento, gran parte de nuestra energía innovadora se gasta en seducir a la gente a consumir más cosas que no necesita. Nuestras prioridades deben canalizarse a desarrollar innovaciones pioneras en tecnología, negocios, y de la sociedad que hará que el crecimiento económico sea sostenible. El impacto de la crisis financiera y económica está desplazando el liderazgo de las economías occidentales, o al menos, está permitiendo la aparición de nuevos corazones económicos, como refiere Attali. Lo cierto es que ahora los mercados globales están siendo impulsados por las economías emergentes del mundo. Las economías de los EE.UU. y Europa han entrado en un largo período de lento crecimiento, la inestabilidad financiera, aumento de la deuda, y el declive relativo. Hoy “el horno de la economía global está siendo alimentado por el calor de la industrialización en el Este y el Sur - economías emergentes como China, Brasil, México, India y Nigeria.” Y uno de los elementos clave de este cambio en las dinámicas de desarrollo se refiere al aspecto demográfico. Son las sociedades más jóvenes, es decir con más niños y jóvenes las que están dando el salto económico y tecnológico, y además a su manera, y de forma más innovadora y radical. Veamos algunos ejemplos, la edad media de la población de Nigeria, país emergente, es de 19 años de edad, la de EE.UU es 37, y la de España 40,9 años de edad (2009). España soporta un continuo envejecimiento de la población, soporta síntomas de agotamiento y la edad media de los españoles se sitúa en 40,9 años en 2009, lo que supone 7,7 años más de media que en 1975, según datos de las Tablas de Mortalidad de España y sus regiones. La edad media es mayor para las mujeres (42,2 años) que para los hombres (39,6 años) y, Asturias, Castilla y León y Galicia son las regiones con una mayor edad media en 2009.Las provincias del norte de la península española presentan los mayores valores de edad media de la población, con Ourense (48 años), Lugo (47,8 años) y Zamora (47,6 años) a la cabeza. Poblaciones tan envejecidas se van a ver muy perjudicadas en una economía que valora por encima de todo la capacidad de innovar y crear. El caso de Nigeria nos sirve para advertir como cuando el poder económico crece, también lo hará su poder cultural. La influencia de Nollywood ya se está sintiendo en el Medio Oriente, América Latina, e incluso las remotas islas del Caribe. Las clases medias de estos países será una fuerza impulsora cultural en todo el mundo, tanto como la globalización en forma de la cultura estadounidense en las décadas finales del siglo 20.