El cuadro, del F.M.I., dice que los costes de financiación español e italiano son muy superiores a los de Alemania, EEUU y Japón. Separándose claramente desde mediados del 2010.
S&P rebaja la calificación de la deuda del Reino de España. Dos escalones de una tacada, desde A hasta BBB+, que son siete peldaños por debajo del máximo que tuvimos incluso al poco de iniciarse la crisis. Dificultará y encarecerá nuestra deuda. Las Agencias de calificación -sobre las que he escrito- hacen y deshacen a su antojo sin excesivas responsabilidades cuando meten la pata o engañan directamente, como hicieron en el inicio de la crisis con la calificación de máxima garantía, triple A, para los paquetes de hipotecas subprime que vendían los bancos en EEUU posteriormente extendidos por la banca europea.
Actúan en régimen de cuasi monopolio las tres marías, y de poco sirve la descalificación gubernamental, si no somos capaces de crear una agencia similar europea después de 5 años de crisis. En muchas ocasiones son juez y parte, califican a empresas o productos por los que cobran en el ejercicio de la calificación y de los que se llevan comisiones en cuanto a las ventas. En este caso aducen que es por las dificultades en el crecimiento de la economía española que seguirá y por los problemas del sector bancario, en definitiva lo mismo que mira todo el mundo.
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La cuestión es que son seguidas por los mercados, por los inversores, que atienden con mayor interés sus opiniones que las de los gobiernos o empresas, así amplios sectores de gestoras de fondos de inversión invierten enormes sumas de dinero en bonos de acuerdo con su calificación, por tanto una bajada de rating de los bonos españoles supone dejar de invertir en ellos miles de millones, -de manera inmediata provocará la venta de montones de carteras que ahora los tienen-. Y digo bonos españoles, porque no solo afecta a la deuda del Reino de España, sino a la de las empresas españolas que quieran emitir y salir al mercado.
Esa sencilla calificación quiere decir que aumentarán los intereses que tendremos que pagar si queremos que nos compren nuestras emisiones –intereses que están en el entorno de 28.000 millones de euros, como el paro o más-, y claro que necesitamos que compren.
El problema aumenta considerablemente por dos motivos: uno, porque ya se estaban produciendo grandes salidas, ventas de posiciones de deuda española por parte de la inversión extranjera, como recoge el Banco de España la tenencia de deuda disminuía entre los extranjeros y aumentaba rápidamente en la banca española, consecuencia de las inyecciones de liquidez del BCE de las que la banca española ha tomado por encima de los bancos europeos. Y dos, porque los grandes banqueros españoles se acaban de ‘plantar, negándose a comprar’ más bonos españoles, porque los sale por las orejas y empieza a penalizarlos ante mercados y organismos internacionales. Y es que la deuda española supone riesgos para los bancos.
PD–La bolsa es un indicador condensado, pero miren ustedes con mayor atención los mercados de bonos, explican mejor la situación.
PD. Un buen ejercicio de memoria consiste en recorrer las hemerotecas y comprobar lo que decían los ultramedios del presidente Zapatero, cuando han bajado la calificación en otras ocasiones. Lo despellejaban vivo, responsabilizandole directamente de la rebaja de rating. Aquello de la confianza que decía Rajoy, que retronaría solo con saber que ellos entrarían en el gobierno. Que pena de derecha española.