Más progrefachas. Hoy, hace 16 años. 21 de agosto de 2005

En Barcelona las bandas de progrefachas, que son okupas, antiglobalizadores, neocomunistas, anarquistas, militantes antisistema e independentistas radicales, desmantelan barrios enteros, agreden a los vecinos y atacan a la policía que trata de contenerlos.
Un legislador, el diputado Joan Puig, de ERC, acompañado de una banda de progrefachas, asalta impunemente la casa de un periodista en Mallorca alegando que es una construcción ilegal. Si un acto así fuera protagonizado por un fascista sin disfraz de progre, este país estallaría indignado por la reaparición de las bestias pardas.
Luego, los medios informativos más influyentes silencian estos actos o los narran con una singular comprensión, ocultando así la existencia de una creciente kale borroka, dirigida por políticos con credenciales representativas, más peligrosa en este momento que la exclusivamente fascista.
Crece en poder de los progrefachas:
El Partido Popular en Figueres (Girona), que guste o no es una organización democrática con numerosos mártires por la libertad asesinados en Euskadi, ha sido obligado a abandonar su sede por las continuas amenazas, pintadas y presiones del entorno independentista.
Los intelectuales catalanes firmantes de un manifiesto antinacionalista han sufrido diversos ataques, y alguno de ellos ya ha sido amenazado de muerte, con llamadas, cartas, y hasta un artículo en el diario nacionalista Avui.
En Sabadell, ciudad regida por socialistas, han aterrorizado al edil de policía, y a su hija en el colegio, con agresiones y amenazas de muerte porque se opuso al vandalismo progrefacha.
En Galicia, los progrefachas ultranacionalistas han reiniciado la violencia, al estilo de aquél pintoresco y risible, si no fuera asesino, Exército Guerrilleiro, explosionado alguna bomba.
Estos radicales inspirados por Batasuna son actualmente más violentos que los ultraderechistas que el pasado abril atacaron una librería de Madrid para agredir a Santiago Carrillo.
Agresión fascista que tuvo una lógica y gran repercusión. Pero otras similares de progrefachas a personas de otra ideología se silenciaron y silencian, a pesar de su creciente belicosidad.
Así, por ejemplo, el escritor Pío Moa, exterrorista del ultraizquierdista GRAPO, fue atacado por progrefachas en la Universidad Carlos III de Madrid por exponer tesis sobre el origen de la Guerra Civil española similares a las franquistas.
La casa mallorquina del periodista quizás deba ser cerrada o derribada, pero solamente por orden judicial. Y tanto Carrillo como Moa tienen derecho a decir libremente lo que deseen: lo contrario es totalitarismo, indistintamente facha o progrefacha.