Revista Salud y Bienestar
Hoy se celebró el Día Mundial del Sida. Las cifras de esta pandemia son escalofriantes: más de 33 millones de afectados en el mundo; de los cuales 22,5 viven en el Africa subsahariana. Más de 150.ooo afectados en España, que es uno de los países con más sida de Europa Occidental. Y de estos afectados, la mayoría son por transmisión sexual.
Si en todas las enfermedades más vale prevenir que curar, en el sida esto es especialmente cierto, ya que se trata de una enfermedad crónica. La ONU calcula que ya son unos 5,2 millones los infectados en todo el mundo que reciben tratamiento, y ...el resto??? Según el informe de las Naciones Unidas, la epidemia retrocede en el mundo, pero puede volver a avanzar si la crisis económica limita los fondos disponibles.
Hace poco leíamos que una pastilla diaria previene el sida en personas sanas. El nuevo medicamento tomado a diario redujo en un 44% el riesgo de infección por VIH. Pero no olvidemos que el sida es sobre todo una enfermedad comportamental. Y ahí es donde cabe una prevención eficaz. El descubridor del VIH, el francés Luc Montaigner, lleva muchos años diciendo que contra el sida: fidelidad, abstinencia y, en algunos casos, condón.
Mientras los gobiernos de muchos países sigan lanzando el mismo mensaje para toda la población, la carrera contra el sida está perdida. No se puede decir lo mismo a un colectivo de adultos que son profesionales del sexo, que tienen relaciones sexuales promiscuas con personas del mismo sexo o del contrario, que no van a cambiar de hábitos de vida fácilmente que a la población en general. En nuestro país no es el sida una epidemia generalizada, sino que es una infección que está focalizada en unos grupos muy determinados, por lo que los mensajes forzosamente deben ser muy diferentes. Aquí no cabe el café para todos, sino que las campañas de prevención deben ir orientadas de forma distinta. Lo contrario es banalizar la sexualidad, y promover indirectamente el contagio sexual entre los más jóvenes.