Hoy en día vivimos tan estresados, tan preocupados por todo lo que nos rodea, nuestros problemas, etc., que a veces no somos capaces de dedicar un momento del día especial a nuestros hijos. Os quiero proponer una práctica sencilla y hermosa, que sean cuáles sean vuestros horarios y preocupaciones, podéis llevar a cabo en vuestro día a día.
El masaje infantil es una muy buena vía de comunicación con tu bebé, ya que engloba el tacto, la voz y la mirada, y es ventajoso tanto para los hijos como para los padres, no sólo a nivel fisiológico, sino también en cuanto al aspecto emocional.
Para el bebé, entre otros beneficios, fortalece su sistema inmunológico, su sistema digestivo, contribuye a desarrollar el sistema respiratorio y el sistema circulatorio, relaja y tonifica la musculatura, mejora la calidad y la cantidad del sueño, proporciona seguridad y apoyo, además de estrechar los vínculos afectivos con su madre y/o padre. Para la persona que da el masaje fomenta la interacción y la comunicación no verbal, refuerza la capacidad de comprensión, instinto e intuición, pero sobretodo es un tiempo y un espacio especial para consolidar ese vínculo con su hijo.
Este rato tan especial supone un equilibrio emocional muy importante para el niño y vale la pena poder dedicar unos minutos de nuestro tiempo a realizar algo tan fácil y gratificante, que potencia este vínculo inicial madre/padre/bebé. Animo a los padres a practicarlo, puesto que supone un espacio propio y una interacción especial, que les ayude a desarrollar una mejor relación, más íntima y que gane en autoconfianza.
(Para más información “Asociación Española de Masaje Infantil”)