Esta presentación de fotografías del fotógrafo holandés Hans Silvester, quien fotografió durante seis años los espectaculares adornos naturales con que se arreglaban hombres, mujeres y niños en las tribus del OMO, en el sur de Etiopía, lo traemos como ejemplos de máscara puramente lúdica y artística. Lo más curioso es que, al parecer, estas pinturas sobre el cuerpo y el rostro no tienen carácter ritual ni sagrado, ni se hacen para ninguna ceremonia en particular, sino que son puro regocijo en la naturaleza y en el propio adorno del cuerpo. Por lo tanto, tenemos que relacionarlo con el instinto humano del adorno corporal y el gusto por la máscara y el disfraz. Algo que está en la misma base profunda de la representación.