Grata sorpresa me lleve este sábado en la muy-muy temprana mañana, cuando leyendo el diario Página 12 en su suplemento Soy, me encontré con un artículo sobre la fotógrafa Cass Bird, quien se ha convertido en una de las retratistas más importantes de Estados Unidos.
Sus fotografías de hombres y mujeres jóvenes casualmente llaman la atención sobre la expresión fluida de rol de género y la androginia en la cultura juvenil de hoy, y lo que ella ha descrito como la convergencia de los estilos de vida alternativos con las concepciones aceptadas de la maternidad, la crianza y la familia.
En los veranos de 2009 y 2010, Cass viajó a Sassafrass, Tenessee con un grupo de mujeres jóvenes, un guardarropa de vestidos vaporosos y una cámara. Estas mujeres-ayudantes de estudio, amigas o mujeres ‘recogidas’ en las calles de Nueva York – habían sido seleccionadas por Cass por su comodidad con sus identidades sexuales, y también por su torpeza al frente de la lente. El resultado fue ‘Rewilding’, un retrato alegre de la feminidad moderna y una celebración de camaradería entre mujeres. Encantador!
Les comparto algunas fotos del libro “Rewilding” con algunos extractos del artículo de Página 12 que pueden leer completo aquí.
Yuxtaponiendo imágenes de cuerpos hermosamente ambiguos con pinceladas de paisajes dramáticos, las fotografías de Bird se estiran hacia una serie de hilos narrativos entre rangos de cuerpos, algunos humanos, algunos vegetales, permitiendo diálogos visuales entre lo visible y lo inexpresado, el silencio y la pasión, la serenidad y el dinamismo de espacios e identidades indefinidas.
El prototipo de representación de mujeres en la salvaje naturaleza no ha hecho uso de esta tradición “supervivencialista”, una tradición de hombre blanco –de más está decir– plagada de relatos de conquista y violencia; en su lugar, generalmente se nos plantea a la mujer blanca como presencia contradictoria en la naturaleza.
La obra de Cass Bird no intenta posicionar a la mujer en lo salvaje, ni de volverlas salvajes, ni de representarlas como salvajes: por el contrario, sus imágenes hacen uso del tradicionalismo de la naturaleza salvaje y racial, intentando forjar algo novedoso de la colisión entre cuerpos de mujer masculinos y el paisaje de naturaleza salvaje.
El género, en el ámbito re-salvajizado que la cámara de Cass Bird encuentra y fabrica, emerge no sólo de los cuerpos, vehículos, refugios y ropas, sino que reside en todos los espacios que intermedian.
Las fotografías de Bird introducen los cuerpos en lo salvaje, para luego trazar el impacto de la presencia humana sobre el paisaje, y el paisaje sobre cuerpos humanos. Y mientras los bosques parecieran explotar de vitalidad, la gente también viene a embriagarse con lo salvaje, desbordando con agua, pis, alegría. Y en el medio de este furioso intercambio, del dar y recibir entre sujeto y objeto, entre figura y tierra, de pronto aparece dramáticamente una silla, solitaria y vacía en medio del bosque. Lo frenético se volvió espacio de reposo, lo que jugueteaba se volvió mortalmente serio, lo que se encontró ahora se perdió, y lo que era salvaje es salvaje nuevamente. Resalvaje. Resalvajizado.
Más sobre Cass Bird en su página web
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