Presunta comedia antibelicista, MASH se sitúa en la guerra de Corea queriendo hacer alusión a la Vietnam, que seguía disputándose en el momento del estreno de la película. El argumento sigue a un grupo de cirujanos en su labor diaria. No hay una trama elaborada ni personajes principales, aunque algunos cuenten con más protagonismo. Lo único que importa es mostrar una serie de anécdotas que dan lugar a un humor irreverente que se supone que está fuera de lugar en un contexto bélico. Pero MASH es una de las películas más sobrevaloradas de todos los tiempos. Su concepción del humor se asemeja más al cine español del destape que a nada que se pueda tener por sofisticado. Se trata de una obra realmente machista (esto no tendría por qué restar puntos a su calidad si tuviera algún sentido, pero aquí las bromas rezuman ranciedad y un mal gusto sorprendente) que parece más destinada a un público adolescente que al adulto. Además cuenta con una música machacona y unos efectos de sonido bastante vergonzantes cuando se quiere resaltar algún chiste. Que la película de Robert Altman fuera uno de los grandes éxitos de su tiempo es uno de los grandes misterios de la historia del cine, todavía más cuando dio lugar a una serie que también se convirtió en un éxito. El antibelicismo no se aprecia aquí por ningún lado, si acaso por el trato que se da a los heridos, que aparecen como simple material para que los personajes puedan soltar sus chistes malos.