Algún Hermano latinoamericano me ha llegado a manifestar que en su Logia, en sus comienzos, fue objeto de alguna que otra mirada de soslayo, percibió algún codazo e incluso alguien le llegó a manifestar su desacuerdo con que el Taller le hubiera admitido por ser gay.
En España, que se sepa, no hay problemas de aceptación de Hermanas y Hermanos gays, sino que, al contrario, la integración es natural y nadie pregunta ni escudriña qué orientación sexual tiene tal o cual candidato a la iniciación. La sexualidad de cada cual, por decirlo de algún modo, es irrelevante a la hora de calibrar si quien llama a las puertas de nuestros Templos reúne las condiciones requeridas.
Sobreabundando: en muchos Talleres españoles –el mío entre ellos- la homofobia no sólo es –expresamente, en los reglamentos de régimen interior- impedimento para ser aceptado, sino que también constituye causa de reconvención, y más.
Por tanto, en lo que conozco de la Francmasonería en las Logias del Gran Oriente de Francia y otras, no es un problema la “cuestión gay”, como tampoco lo es la “cuestión heterosexual” o la “cuestión bisexual” ni la “cuestión transexual”. Precisamente porque no hacemos de ello “cuestión”.
Hoy presento en el post una iniciativa que, surgida en 1999 en Francia, quiso dar respuesta concreta y práctica a aquellos Hermanos y Hermanas gays que sí experimentaban ciertas dificultades en sus Talleres, no ya ni principalmente de aceptación por parte del resto de Hermanos y Hermanas, sino de poder tratar y debatir en Tenida, de manera natural, ciertos temas alrededor de esta orientación sexual.
Así nació una Fraternal, Les enfants de Cambacérès (Los hijos de Cambacérès), que lleva el nombre de Jean-Jacques Régis de Cambacérès, segundo cónsul de la República y uno de los principales autores del Código de Napoleón, todavía en la base de la legislación francesa. Se presentan así:
“Administrador General y, después, Gran Maestro-Teniente del Gran Oriente de Francia, Soberano Gran Comendador del Supremo Concejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Gran Maestro de los Caballeros Benefactores de la Ciudad Santa e igualmente redactor del Código Napoleon. Habiendo escogido esta figura emblemática, que intervino por la despenalización de la homosexualidad e hizo que dejara de ser considerada como un delito a través de las sucesivas publicaciones del código civil, y es así que hemos querido rendir un homenaje a este maravilloso Hermano que nunca ocultó su homosexualidad y que representa un modelo para los masones del mundo entero.
Nuestra fraternal, la primera de este género en el mundo, está compuesta de hermanos y hermanas de diferentes Obediencias, que decidieron no quedarse atrás en la sociedad civil y reunirse mensualmente para hablar libremente entre ellos y ellas de temas que nunca son abordados en sus talleres respectivos. La fraternal posee un comité de diez miembros y una carta que contiene exigencias éticas, similares a las de todas las Obediencias, en lo que se refiere al funcionamiento de este tipo de estructuras inter-obedienciales.
Les Enfants de Cambacérès se enriquece de valores de tolerancia y progreso, de elevación de espíritu y de espiritualidad, que se reciben al comienzo en las Logias y que hoy rinden honor a las formas modernas y tradicionales de la masonería. Estamos así orgullosos de ser los depositarios y herederos.
En nuestras reuniones mensuales, recibimos intelectuales, hombres y mujeres de la política, periodistas, magistrados, responsables asociativos, que aceptan de compartir con nosotros diversas ideas, con el fin de luchar contre la calamidad que es la homofobia”.
En su página web, que se puede visitar haciendo clic aquí, hay materiales, reflexiones y enlaces que pueden interesar.
Tags: LGTB, gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, Cambacérès
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