Masones, versos de un iniciado

Desconocidos, trajes iguales,

soledad, café, muchas dudas.

Ingreso, silencio, dejo mis brillos.

Dentro del templo, el símbolo abunda.

Gran oscuridad, taparon mis ojos,

una larga soga adorna mi cuello.

No ver incomoda, no estoy a mi antojo.

Pasando el tiempo, pienso en lo bello.

Sigo sin ver, se vuelve difícil,

cuando camino una mano me guía,

contiene, apuntala, me siento seguro,

eslabón de cadena, la mano es amiga.

Escaleras arriba, escalones abajo,

puerta, cráneo, huesos, penumbra,

interior reflejado en imaginario espejo,

lo antes leído, ahora deslumbra.

Oscuridad repetida, taparon mis ojos,

una larga soga sigue en mi cuello,

ya nada veo, no estoy a mi antojo.

Sigo esperando, pienso en lo bello.

Ojos cerrados, música clásica,

fila india, renacimiento,

purificación, fuego y agua,

sinuoso camino, espada en el pecho.

En todo momento una mano me guía,

eslabón de cadena, la mano es amiga.

Preguntas, respuestas, doy juramento,

llega el momento menos pensado,

es imponente, hermosa la luz ,

no lo esperaba, hombres armados.

Pensar, comprender, saber quiero,

ahora no puedo, no es el momento,

el tiempo, testigo y verdadero dueño,

de tan importante y venerable secreto.

Mi mente vuela, llega hasta el cielo.

Columnas, pinturas, portones cerrados,

los ojos se abren, cayó mi velo,

ahora sí soy, un nuevo INICIADO.

Circulo grande, entrelazados,

desconocidos, la igualdad invita,

desde hoy, son ellos, mis hermanos,

todos unidos en cadena infinita.

En la Gran Logia soy INICIADO,

me cobija y resguarda, bajo celeste techo,

dejo a sus hombres, gran triple abrazo,

y a los Masones del mundo, un verso fraterno:

QUE LOS HERMANOS SEAN UNIDOS,

PORQUE ESTA ES LA LEY PRIMERA

TENGAN UNION VERDADERA

EN CUALQUIER TIEMPO QUE SEA

PORQUE SI ENTRE ELLOS SE PELEAN

LOS DEVORAN LOS DE AFUERA.

Cristian Santillán