Desde entonces, se siguieron dando pasos para cerrarlo y disolver la sociedad. La actividad cesó el 1 de enero del 2010. El ayuntamiento llevaba años anunciando el cierre justificado por las pérdidas acumuladas --el servicio era deficitario desde 1999, llegando a acumular en el 2008 un déficit de más de medio millón de euros-- y por no ser un servicio público obligatorio. Según el equipo de gobierno, esto ocurrió porque el matadero se hizo "sobredimensionado" para la actividad que iba a realizar y por la existencia de servicios similares en localidades cercanas a la ciudad que cubrían la demanda de sus áreas de influencia.

































































































