Revista Música
Quiero contarles una historia sobre un pequeño pueblo, un pueblo en la región santiaguera de Cuba. Hace mucho tiempo, según la leyenda, los soldados llegaron a esta aldea en busca de comida. Por suerte, los hermosos árboles de mango se alineaban en la calle principal de este pueblo. Los soldados arrancaron la fruta madura y llenaron sus vientres. Se dice que a partir de ese momento la aldea se conoció como Matahambre, el lugar donde termina el hambre.
La vida continuó en el pequeño pueblo. La mayoría de la gente trabajaba cultivando fruta o café. Trabajaron en los campos y celebraron con fiestas y bailes. Seguirlos en todas partes fue el sonido de la tradición musical conocida como Son. Debido a que el pueblo era pobre y no tenía centros culturales, las personas inventaron sus propias canciones y sus propios ritmos.
Ahora en este pueblo vivía un ingeniero de radio y televisión llamado Angel Faez, que podía escribir y organizar música y tocar la guitarra. Luego, estaba Alexis Vásquez, que podía tocar el contrabajo y Óscar Vásquez, que podía tocar los tres. También había un soldador llamado Raudel Garzón, que jugaba bongos y un carpintero llamado Pedro Correoso, que era un buen percusionista. Por último, había un topógrafo llamado Gilberto Carbonell, quien simplemente pudo cantar bastante bien y componer canciones. Estos tipos se juntaron y comenzaron a tocar, a menudo inventando sus propias canciones sobre personas en la pequeña aldea. Cantaron canciones sobre personas que conocían y la vida del pueblo a su alrededor. Estos compañeros se convirtieron en el Hijo de Matahambre.
La historia podría haber terminado allí en el pequeño pueblo sin ti o incluso sabiendo sobre este notable grupo, pero siempre hay un hada madrina en estas historias. En realidad, era un tipo de padrino de hadas. José Ochoa, afamado miembro del Buena Vista Social Club, apareció un día en Matahambre y escuchó música procedente del porche de la casa. José Ochoa sabía algo bueno cuando lo escuchó y convenció al sello alemán Danza y Movimiento para que fuera a Cuba a grabar este maravilloso grupo.
Matahambre Son es una colección de canciones escritas por los miembros del grupo y producidas por Mattias Möbius y José Ochoa Bustamante. Las canciones son encantadoras y vibrantes.
Pistas como "Los Pollitos", "Pensando" y "La Mulata y su movimiento" seguramente encantarán incluso a los temerosos en la pista de baile. Como bonus, el CD aparece en un folleto con la historia de Matahambre Son con impresionantes fotografías de los músicos y la gente de Matahambre por Susanna Rescio. Matahambre Son es prueba de que a veces grandes cosas suceden en pueblos pequeños. Y eso hace una buena historia._TJ Nelson (worldmusiccentral)
Matahambre Son-Pequenas Historias del Oriente de Cuba (2001)
Temas:
01. Los Pollitos
02. El Rumbon
03. El Borracho
04. Bigote De Gato
05. Gavino
06. Pensando
07. Niña
08. Problema Con Mi Mujer
09. Comentan Por Ahi
10. La Mulata Y Su Movimiento
11. El Perro
12. El Señor
Musicos:
Gilberto Carbonell-Voz
Óscar Vásquez-Tres, voces
Alexis Vásquez-Contrabajo
Angel Fernández-Guitarra, voces
Raudel Garzón-Bongo, voces
Pedro Correoso-Percusionhttp://feeds2.feedburner.com/ blogspot/ZFWL