Hoy aparece una noticia en la prensa regional que vuelve a poner de manifiesto que el furtivismo, lejos de desaparecer, sigue muy presente entre nosotros. Las muertes de fauna salvaje, ya sea por veneno, por trampas ilegales o por disparos, no son hechos anecdóticos sino que desafortunadamente son muy habituales, aunque no siempre tienen la suficiente trascendencia para salir en la prensa generalista o sencillamente no son comunicadas a la prensa, porque no son "convenientes".
Pero hay veces en las que los hechos son muy difíciles de ocultar, porque la víctima no es un milano, o un zorro o unas truchas envenenadas con lejía en un arroyo de montaña. Hoy nos enterábamos de que un oso, otro más, había sido matado por furtivos en el concejo de Quirós, Asturies. No ha sido el primer caso, y mucho me temo que no será el último.
Macho de oso pardo muerto en Porley. Agosto de 2012
En agosto de 2012, un macho adulto de Oso pardo murió atrapado en un lazo colocado por furtivos en la localidad de Porley, en Cangas del Narcea. Unos meses después, el Seprona logró detener a dos sospechosos de haber colocado esa trampa que según la necropsia realizada le produjo las heridas y la posterior septicemia que le causó la muerte. El oso aún estaba vivo cuando lo encontraron, y los cazadores de la zona se apresuraron en decir que la culpa había sido del precipitado rescate, por supuesto sin ninguna prueba No deja de resultar curioso que un colectivo que según sus palabras se destaca por su amor a la naturaleza, vea más problemática una operación de rescate que una acción delictiva de furtivismo, ellos sabrán por qué.
Pero en el último caso del oso muerto en Quirós, del que a estas horas aún no se saben todos los detalles, resulta aún más grave si cabe que el caso de Porley, ya que la víctima no cayó en una trampa que iba destinada a otros animales, ni murió envenenada al consumir un cebo destinado a un lobo o a un zorro. Los furtivos mataron al oso sabiendo perfectamente a quien iba destinada la bala que acabó con su vida y seguramente conociendo las graves consecuencias que tendrían para ellos si eran descubiertos. La osa fue asesinada premeditadamente.
¿Pero cuales pueden ser los motivos que llevan a un furtivo a matar a un oso?
Hay muchos casos de furtivismo que pueden ser explicados fácilmente. El que coloca un lazo pretende capturar un animal para consumir su carne, el que mata un urogallo o un ciervo con una cuerna descomunal seguramente pensará en sacarse un buen dinero en el mercado negro. Y el que mata un lobo, un cormorán o un ave rapaz, seguramente lo haga porque piensa que así elimina a un competidor o a un enemigo que pone en peligro su forma de vida, ya sea su ganado, "sus peces" o sus piezas de caza. O también puede matarlo por odio, un odio que no es difícil de crear y cultivar entre la gente.
Hace varios años que venimos siendo testigos de la campaña de desprestigio que está sufriendo nuestra fauna salvaje, en especial los lobos y algunas aves como los cormoranes grandes. Hay semanas en las que es raro no encontrarte un artículo en la prensa que no hable de daños al ganado o a la pesca, de manifestacioens de ganaderos o de las pérdidas del sector. Pero el oso pardo hasta hace poco parecía intocable, era tratado como un símbolo de la Asturias salvaje, un símbolo muy rentable, por cierto, ya que siempre fue aprovechado por la Administración para vender su famoso "Paraíso natural" y atraer al turismo.
Pero algo ha cambiado en los últimos años. Hay muchos habitantes de algunas zonas protegidas que piensan que la fauna salvaje es una limitación para el desarrollo de sus actividades, y que les traen más problemas que ventajas. Por otra parte, los periódicos han empezado a alternar su interminable sucesión de noticias sobre daños de lobo, con noticias sobre daños de osos, la mayoría de las veces sin contrastar y basándose exclusivamente en rumores.
Y estas noticias han dado paso a otras similares y así hemos asistido en unos meses a una lluvia de artículos sobre daños y a sus correspondientes peticiones de pago por lo mismos. La conclusión que se desprende de todas estas noticias es que para algunas personas el oso ha pasado de ser un icono a ser un problema y algunos ya se preguntan si habrá demasiados osos y si será necesario cambiar la gestión de la especie.
¿Se castiga adecuadamente el furtivismo?
La ley prevé penas de hasta 4 años de cárcel, retirada del permiso de armas de por vida y multas de hasta 2 millones de euros por matar un oso, pero lo cierto es que, al igual que ocurre en toda España, los delitos por furtivismo y contra el medio ambiente rara vez son sancionados. Y el caso asturiano es especialmente sangrante, ya que una gran parte de los procesos sancionadores que se han incoado sobre furtivismo han sido invalidados por el TSJA por causas imputables a la dejación de funciones de la administración asturiana, tras las denuncias hechas por la Guardería de Medio Natural del Principado de Asturias. En el caso de los osos muertos furtivamente, tanto en Asturies como en resto de la cordillera, aún no ha habido ni una sola condena.