Revista Medio Ambiente
Continuando con la impresentable gestión ambiental que está llevando a cabo el gobierno asturiano, hace unos días se comunicó a las respectivas oficinas de la Guardería la lista de Cormoranes grandes que serán masacrados legalmente en nuestros ríos. La cifra oficial de cormoranes que se ha decidido que mueran este año es de 240 ejemplares (20 en el Cares, 30 en el Sella, 90 en el Nalón, 50 en el Narcea, 5 en el Esva y 5 en el Navia). Hoy apareció en el periódico la noticia que ya conocíamos desde hace varias semanas.
Por supuesto y tal como ha ocurrido en años precedentes, esa cifra es una mera anécdota, ya que el número de aves que realmente serán masacradas, fácilmente triplicará esos 240 animales. Lo que importa es tener un papel oficial para poder matar sin cupo. Para los que no aun no lo sepan, sólo se contabilizan como muertos aquellos cormoranes abatidos y recuperados, los que caen al río y son arrastrados por la corriente, los que quedan heridos y moribundos, los que caen en una zona de difícil acceso o sencillamente los que son matados pero no recogidos porque al responsable de dispararlo no le apetece, no son contabilizados. Son ánimas del limbo que ni están vivas ni muertas. Esto ya ocurrió en años pasados.
Este original recuento de animales muertos puede explicar porqué los responsables de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos no se hayan molestado ni siquiera en redactar una nueva resolución y hayan plagiado exactamente la misma que el año pasado, cambiando exclusivamente el nuevo y rimbombante nombre de la consejería, la fecha y el nombre del que firma la resolución, en este caso el Jefe de Sección de Pesca Fluvial. En ningún sitio se explica el por qué de ese número cabalístico, 240 cormoranes, que se repite año tras año sin ningún estudio que lo justifique.
También tendría que saber todo el mundo, que en está época de recortes en la que las partidas presupuestarias se están reduciendo en todas las consejerías, la partida destinada a la matanza institucional de "alimañas" sigue igual. También resulta escandaloso que la guardería encargada de controlar a los furtivos, los vertidos y las ilegalidades que ocurren en ríos y montes, dedique su tiempo a matar aves en vez de dedicarlo a protegerlas. Cuando lo normal sería invertir recursos en incrementar la plantilla de guardas, lo que se hace es dedicar el tiempo de esa escasa guardería a matar cormoranes.
Cómo ya había dicho en este blog, se ha presentado un recurso de alzada ante los tribunales por las actuaciones del Principado de Asturias en este asunto tan turbio. Esperaremos por ahora a ver que opina la justicia.