Cómo comenté en mi pataleo, en un primer momento este libro no llamó mi atención, la magdalena, el guante de color rosa, y esas gotas de sangre, no me decían nada. La sinopsis si que me resultaba atractiva. Pero la mayoría de los lectores sabemos que las editoriales no siempre hacen una sinopsis fidedigna, y al menos yo me he encontrado abandonando algunos libros, porque después de haberme seducido la sinopsis, el desarrollo tiraba por derroteros completamente distintos.
El que la escritora fuera nórdica tampoco era un punto a favor de la novela. Tengo que reconocer que a veces puedo resultar cansina, pero después del fenómeno Millenium busqué literatura nórdica, cómo si fuera imprescindible para que fuera una novela diez, de esa forma me topé con la reina de la novela negra nórdica, y me llevé una gran desilusión, aunque muchos lectores la consideran imprescindible, yo no pasé de su primera novela.
Puede que por ese motivo, me haya perdido algunas autoras venidas del frío que sean buenas, pero suelo huir como alma que lleva el diablo de ellas, sobretodo si intuyo mucho romanticismo en la trama. Las reseñas por las que me fui cruzando en la blogosgera fueron determinantes para que venciera mi reticencia, incluso para vencer ese pequeño escollo que suponía conocer un dato muy importante de la historia.
Creo que la autora ha realizado un muy buen trabajo, nos encontramos con dos tramas, una más adictiva que la otra, las dos negras, las dos interesantes, y el final de ambas nos deja un tanto noqueados.
La autora
Carina Bergfeldt nació en 1980 y creció en Götene, un pequeño pueblo en el centro de Suecia. Es la periodista estrella del principal tabloide sueco, Aftonbladet. Ha sido galardonada con el Swedisch Grand Journalism Prize 2012, por ser la única periodista que se infiltró entre las víctimas de la matanza de Noruega, con quienes pasó la primera noche, y con el premio Arets Stilist, que reconoce la calidad estilística de su trabajo periodístico.
Sinopsis
Con gran minuciosidad, una mujer planifica la muerte de la persona que ha convertido su vida en un infierno, su padre. El macabro plan toma forma en una libreta cuya tapa muestra unas apetitosas magdalenas. Una nota en el frigorífico con las palabras "matar a papa" le recuerda cual es el motor que impulsa ahora su vida.
Mientras el plan parricida avanza, se encuentra el cadáver de una mujer en un lago de la ciudad de Skövde; todo apunta a una muerte violenta. La inspectora Anna Eiler trabaja en el caso, pero no es la única: dos periodistas locales, Ing-Marie Andersson, y Julia Amliden, realizan su propia investigación.
Las tres tienen razones personales para resolver el asesinato, las tres esconden algo, pero solo una de ellas es capaz de preparar a sangre fría un crimen aún más atroz que aquel que pretende resolver. No podrás dejar de leer hasta que averigues de cual de las tres se trata.
Mis impresiones
La autora consigue cautivar al lector con las dos tramas, logrando que ninguna de ellas se imponga, restándole interés a la otra. Puede que el lector se sienta atraído en un momento determinado por una de ellas, pero siempre la autora consigue volver a ilusionarle con la otra.
Y ambas tramas son negras, porque si una de ellas intenta resolver un asesinato, la otra lo planifica a sangre fría, para ello conocemos al padre, un ser bastante indeseable, al que me hubiera gustado abofetear en más de una ocasión, un ser bastante odioso, que manipula a la gente que tiene cerca, la anula como persona, incluso la maltrata física y siquicamente. Toda una joyita que al final termina por desbordar la paciencia de uno de sus hijos.
En cuanto a la trama del asesinato, cuesta mucho empatizar con la víctima, conforme vamos leyendo descubrimos a una mujer bastante inestable, una mujer que no amaba a sus hijos, o al menos no era capaz de atenderlos, una mujer que no era cariñosa con su marido, que se había dejado vencer completamente de tal forma que se había vuelto egocéntrica.
Tres mujeres se dedican a investigar el crimen, tres mujeres que tienen mucho que esconder, cualquiera de ellas tendría arrestos para planificar un crimen porque fantasmas en el armario es lo que les sobra, pero solo una de ellas ha encontrado el motivo para dejar de ser víctima y convertirse en verdugo. De la misma manera y de forma paralela a la par que avanza la investigación dejamos de ver al cadáver como víctima y se nos va representando más como verdugo.
Nos encontramos ante una investigación un tanto inusual, porque aunque tenemos la figura de la mujer policía, esta no cuenta con mucho apoyo dentro del cuerpo, ni siquiera cuenta con el apoyo de su superior que decide hacer venir a un investigador de fuera para que se ponga al frente del caso. Y son las dos periodistas las que dando palos de ciego, comienzan a atar cabos, siempre van un paso por delante de Anna, porque esta es incapaz de interpretar las pistas.
Las tres mujeres están unidas entre ellas por lazos muy sutiles, Anna y Julia fueron amigas, un malentendido provoco su ruptura y aunque ambas desearían recuperar su amistad son demasiado orgullosas para dar el primer paso. Julia e Ing-Marie, son compañeras, trabajan en el mismo periódico y aunque sus mesas están contiguas hasta el caso del cadáver del lago Skövde a penas intercambiaban algún saludo.
Las tres tienen un motivo distinto para descubrir al asesino de la mujer, las tres necesitan saber la verdad para acallar voces interiores, y cada una por su lado intenta encontrar indicios que les lleve a conocer un poco más a la víctima y a su verdugo. Por eso muchas veces las periodistas le pisan el terreno a la policía y por eso muchas veces son capaces de sacar impresiones más efectistas. Y también por eso la relación rota entre Ana y Julia se resiente en lugar de acercarlas.
La novela me ha tenido en un estado de tensión constante, por un lado odiaba tanto a Valdemar, que necesitaba saber que iba a ser castigado, que la mujer que estaba planificando su asesinato con tanto esmero no iba a flaquear en el último momento, pero también he tenido momentos para sentir ternura, porque un niño siempre la inspira, porque un viudo es capaz de generarla y de la mano de la familia de la mujer asesinada he podido vivir un rayito de luz, y de esperanza, sobre todo la que llega a inspirar el hijo más pequeño, que es el que menos comprende la situación.
Hablar de los personajes en esta novela es muy complicado, porque son distintos en las dos tramas, y también en la vida personal de las tres protagonistas forzosas, porque si sabemos que todas tienen sus motivos y todas tienen fantasmas, es porque una narrador omnisciente que todo lo conoce nos va desgranando esos fantasmas.
Creo que no he sido sincera del todo, ahora me doy cuenta de que no os he dicho que cada una de las tramas tiene un narrador distinto, la de la planificación del crimen está narrada en primera persona, de ella solo extraemos datos muy básicos para comprender porque quiere matar a la persona que más debería querer en su vida, y a fe que lo consigue, comienza en la infancia ... y va avanzando hasta el momento en que toma la decisión. Pero no encontramos ninguna pista que nos lleve a poder imaginar cual de ellas es.
En la trama de la investigación del asesinato, es en la que como personajes principales tenemos a las tres investigadoras y luego a presuntos sospechosos, que van desde la familia a sus compañeros de trabajo, vecinos y cualquiera que haya tenido una relación con ella. Es precisamente aquí donde la autora aprovecha para darnos pinceladas sobre la vida privada de las tres, sobre sus fantasmas, sus miedos y la relación entre ellas, y es tan ambigua que cualquiera de ellas podría ser el monstruo.
Poco a poco todo va encajando desde los elementos de la portada que tienen un motivo de ser, hasta los fantasmas, las motivaciones de unas y otras para esclarecer el caso y la necesidad de librar al mundo de un ser horrendo. La resolución de ambas tramas es impecable, y sorprendente, la autora ha calibrado todos los factores para noquear al lector, ha sabido crear tantas pistas falsas que lo ha despistado hasta el punto de haber barajado varias resoluciones, y cuando ya el lector no sabe que palo tocar, de forma aséptica se resuelve, dejándole con la boca abierta.
Para mí Carina ha sabido insuflar aire fresco a la novela negra, ha sido capaz de hilvanar con arte dos tramas negras y que ninguna de ellas se comiera a la otra, los personajes están dibujados según la necesidad de la autora, unos de forma profunda como puede ser Valdemar, y otros de forma un poco más difusa para crear ese halo de misterio y suspense que envuelve a toda la trama.
A pesar de que es complicado he sabido y podido empatizar con Ana, con Julia y con Ing-Marie, tres mujeres muy distintas entre ellas. He odiado a Valdemar, he compadecido al marido de la mujer asesinada y a sus hijos, y no he sabido odiar al verdugo de esta, ni he podido sentir simpatía por la mujer muerta.
Conclusión
Una novela negra, muy negra, con dos tramas que se complementan, que en ningún momento se aniquilan. Con dos voces distintas para cada trama, primera persona para la que planifica la muerte de Valdemar, tercera persona y narrador omnisciente para la trama de la mujer asesinada.
La maestría de Carina para llevarnos por la mano de las dos tramas y que el interés no decaiga en ningún momento, ni se centre más en una que en otra me ha parecido magistral.
Estaré pendiente de esta autora, intentaré no juzgar por la portada toda una trama, y dejaré de investigar en el momento en que ya tenga claro que voy a darle una oportunidad, para que no me vuelvan a chafar una lectura.
Por si te queda alguna duda te dejo el booktrailer:
Reto
Cruce de caminos: negra y criminal