Que frase tan rara, ¿verdad? parece casi sin sentido, pero a continuación te contaré un relato en el que adquiere sentido ha pesar de ser solo en el mismo…
Era un hombre tan común como tu y yo, pero que se cuestionaba muy seguido si podía matar a la muerte para no tener que morir, el confiaba ciegamente en que todo era posible sabiendo la manera exacta de realizar cada cosa, y un buen día la cuestión llegó a su mente aferrada a permanecer hasta ser resuelta, por lo que el hombre entendió que no podría seguir viviendo en paz si no descubría la manera exacta de matar a la muerte.
Desde luego que en el momento en que decidió encontrar la manera exacta de cumplir su objetivo, se envolvió a sí mismo en un gran dilema pues había muchas más cuestiones que resolver antes de poder resolver la principal.
Lo primero que tenía que descubrir era lo que era exactamente la muerte, ya que si no lo sabía, no había manera de matarla, por lo que se puso a pensar por el mismo lo que sabía de la muerte, y todo lo que entendía era que la muerte era simplemente el fin de la vida, no tenía mucha más información al respecto y en realidad no la necesitaba.
En el entendido de que la muerte es el fin de la vida, solo le restaba descubrir como podía evitarlo, por supuesto que descubrir esto tampoco era tarea sencilla en lo absoluto, tuvo que pasarse investigando por mucho tiempo para comprender que, irónicamente la vida consiste en que mientras crecemos y damos vida a más células, a la vez se la quitamos a otras y eso lo dejaba en un dilema un tanto mayor, ya que sentía que no podía detener su crecimiento y su constante reproducción de células y mucho menos la constante muerte de las mismas.
Para no hacer larga la historia mientras más se adentraba en el tema obviamente descubría más cosas, hasta que llegó a un punto tal de descubrir que la vida era solo el nacimiento y la muerte de las células, y que al final de cuentas las células que morían solo se desechaban pero finalmente adquirían vida nuevamente en otra parte del mundo, por lo cual la muerte era sencillamente imposible y el jamás moriría ya que sus células seguirían viviendo en el mundo por los siglos de los siglos…