Revista Libros
Lo primero que pienso cuando reviso esta libro, es: " bien por Harper Lee que en su primera y única novela escrita, ganó el premio Pulitzer, y bien por Gregory Peck, por el único Oscar que ganó como mejor actor, gracias a su actuación en esta película.
Esta novela está ambientada en Alabama durante la época de la Depresión.Cuenta la historia de una chica que llega a la mayoría de edad con un drama más funesto sobre las raíces y consecuencias del racismo, demostrando que el bien y el mal pueden coexistir en una misma comunidad o en un mismo individuo.
Scout, la protagonista de la novela, crece con su hermano Jem junto a su padre viudo Atticus Frinch. El es un abogado famoso que les habla como interlocutores competentes y les anima a ser generosos y filosóficos, mas que dejarse llevar por la superstición nacida de la ignorancia.
Atticus vive sus convicciones cuando se acusa a Tom Robinson, uno de los chicos negros de la ciudad, de una violación que no a cometido. Atticus acepta defenderle, reune un caso que da una interpretación más plausible de las pruebas, y se prepara para los intentos de la ciudad de intimidarle para que abandone a su cliente al linchamiento de la muchedumbre.
A medida que el furor aumenta, Tom es condenado y Bob Ewell, el demandante contra Robinson, intenta castigar a Atticus con un acto de una brutalidad inimaginable.
Por su parte, los hijos viven su propio drama en miniatura de prejuicios y supersticiones centrados en Boo Radley, una leyenda local que permanece encerrado en casa de su hermano. Tienen sus propias ideas sobre él y no pueden resistir la fascinación de introducirse en la propiedad de Radley.
Sus especulaciones beben de la deshumanización por sus mayores; Atticus les riñe, no obstante, e intenta animarlos a mostrar una actitud más sensata. Entonces Boo hace sentir su presencia indirectamente a través de una serie de actos benevolentes, y finalmente interviene es una situación peligrosa para proteger a Jem y a Scout.
La educación moral continua de Scout tiene dos caras; resistirse a abusar de los demás con una desaprobación sin fundamento, pero también la necesidad de perseverancia cuando esos valores son subvertidos inevitable y a veces violentamente.