Luego de varios meses de no escribir, por nuevas responsabilidades laborales, me he animado a tomar de nuevo este espacio para compartir con ustedes un par de reflexiones sobre lo que nos está tocando vivir.
La cuarentena es una realidad para muchas madres. Algunas la vivimos en casa, bendición grande podes hacer trabajo desde casa, que es mi caso. Otras, por la naturaleza de su labor deben estar al frente de las trincheras, como enfermeras, policías o doctoras.
Algunas trabajan fuera de casa, sirviendo a otros. No están expuestas de forma directa, pero igual no pueden estar en casa con su familia: periodistas, cajeras de banco, dependientes en tiendas de abarrotes y farmacias, trabajadoras de empresas de servicios básicos o de empresas de alimentos.
Existe otra realidad, esas madres que deben salir a trabajar, sino sus hijos no comen: comerciantes, vendedoras informales, empleadas del hogar. Y si hablamos de las embarazadas ...
Sea cual sea la situación, todas debemos buscar nuestra salud física y mental para poder transmitir tranquilidad en nuestro entorno laboral y familiar.
Para esto lo primero es realizar actividades de autocuidado: tomar una pausa para tomar agua o alguna bebida como un té, cerrar los ojos y meditar u orar, salir a tomar aire. Parece algo utópico, pero es necesario hacer una pausa de la vorágine de negatividad, pesimismo, tristeza, cansancio e impotencia que podemos llegar a sentir. Hasta llorar un poco, si es necesario, puede ayudarnos a descargar.
Mantener un orden en casa puede ayudarnos también a nuestra tranquilidad. Me refiero a un horario establecido, que sea flexible y variado, pero necesario para que todos en el hogar se sientan seguros y en control. Incluye en este horario espacios para divertirse, descansar, hacer ejercicio, leer, tiempo personal libre, actividades o juegos en familia.
Habla con tus hijos sin miedo y sin ocultar información. Busca usar ejemplos y palabras que sean acorde a su edad. Siempre con un tono y enfoque positivo. Escucha qué piensa y cómo se siente. Tú también se honesta y comparte tus sentimientos. Eso fomentará la empatía y la comunicación.
Que estos momentos nos encuentren fuertes y esperanzados. Recuerda que debes cuidarte primero tú para poder cuidar bien y mejor de los que te rodean. A pesar de la crisis, las familias se fortalecen y tienen una gran oportunidad de cultivar y cosechar cosas positivas.
Ante todo, veamos estos momentos como oportunidades de fortalecer lazos de amor y tiempo de calidad con quienes nos rodean. Que el coronavirus nos deje cosas buenas.
Seguro el olor del mar, el abrazo de quien está lejos, esa comida que tanto me gusta, el olor al pasto mojado y otros detalles que parecían estar siempre ahí serán más valorados y disfrutados cuando todo vuelva a la normalidad. Esa normalidad que no puede volver a ser la misma, ya que luego de esta pandemia debemos ser mejores personas.
Por: Beatriz de Echeverría Comunicadora social. Esposa y madre de 5 hijos (dos en el cielo y 3 en la tierra). Escribe en el blog "De Familia, dos puntos" desde hace 10 años, sobre temas relacionados con la familia y la educación de los hijos. Es facilitadora de temas sobre familia y matrimonio. Tiene estudios sobre Orientación familiar, Manejo de duelo y Disciplina Positiva. Autora del cuento infantil "La Ventana Mágica". Sus artículos han sido publicados en elsalvador.com, Revista Educar en familia, Revista Maternity and Kids, Revista Ser mamá hoy y en lafamilia.info