Revista En Femenino

Maternidad, felicidad suprema

Por Matronaonline

¡Ay! La maternidad… ese estado de absoluta e insuperable felicidad extrema… embarazos llenos de buenos momentos y tranquilidad, partos en los que las mujeres se sienten diosas empoderadas, partos sin dolor, ¡orgásmicos!, crianzas respetuosas centradas en el bienestar del bebé, donde toda la felicidad de la madre depende de éste, lactancias maternas prolongadas que favorecen fuertes vínculos emocionales donde, además, te quedas con la satisfacción de que le estás dando lo mejor a tu hijo. Ya sabes que el pecho no duele, si duele, es que estás haciendo algo mal. Las que lo hacen bien no sufren, sólo sienten felicidad…

happy mother with baby

Ahora vamos a volver a la realidad. Cada vez se nos vende más esta maternidad rebosante de felicidad. Que sí, es un estado de alegría casi constante, pero veo que está pasando como con la imagen corporal de la mujer que se nos vende en las revistas y en publicidad. ¿Dónde están las estrías? ¿y el sobrepeso? Ojeras, celulitis, raíces con canas… ¡qué manía con tapar la realidad! ¿qué consiguen? que si tu cuerpo no es así, no es el perfecto que ellos consideran, eres fea, estás gorda, vieja y ni mucho menos te pienses que puedes resultar atractiva… Resulta muy injusto y opresivo.

Con la maternidad veo que está pasando lo mismo. Se vende un proceso tan idílico, que en la mayoría de las ocasiones, escapa de la realidad. Dudas en el embarazo sobre si ha llegado en el momento adecuado o no, sobre la propia capacidad para responsabilizarse de un bebé, los posibles cambios en la pareja, el dolor, la falta de control en el parto, la idea de que algo no vaya bien en éste, la tristeza en el postparto por verse desbordada, el cansancio, la dificultad de la lactancia, la recuperación de la vida sexual en el puerperio, la falta de apoyo de alguna amiga o familiar…

En un mundo en el que este estado se considera de suprema felicidad, ¿dónde queda una madre que desea hacer una lactancia materna prolongada, pero tiene que incorporarse al trabajo a los 4 meses?, ¿qué pasa con la que no quiere dar el pecho?, y si al poco de volver a casa con el bebé tras el nacimiento, se descubre a sí misma un día pensando “¿qué hago yo con mi vida? esto no es lo que yo pensaba que sería, ¿hubiera sido mejor que no tuviésemos un hijo?”, mejor no apoyarse en nadie para dejar de sentirse desbordada, no vayan a llamarla mala madre…

baby_blues

Mujeres que desean con todas sus fuerzas un parto natural, sin epidural, y si la solicitan finalmente, lo viven como un fracaso, mujeres que se saben la teoría sobre la lactancia materna mejor que yo, pero que sufren por unas grietas horrorosas y no quieren separar al bebé del pecho, porque “ya que se ha enganchado”… Mujeres que tienen que escuchar constantemente que su niño va a ser insoportable cuando sea mayor de tanto malcriarlo por cogerlo en brazos cada vez que llora. Mujeres que no quieren meter a sus bebés en la cama y prefieren, cuanto antes, pasarlos a su propia habitación, y un larguísimo etcétera de diferentes decisiones, respetables todas por igual.

Todas ellas, recibirán críticas. No sólo van a sentir innumerables dudas de si lo que están haciendo será lo mejor o no y miedos por si alguna decisión traerá consecuencias indeseadas, sino que se verán rodeadas de personas que constantemente cuestionen cada paso y cada palabra. Con estas críticas y con esa “visión idílica” de la maternidad, no hacemos otra cosa que dificultar la expresión de los sentimientos negativos por parte de la mujer. Volviendo al ejemplo del pecho, que si cómo le das pecho ya tan mayor, que lo vas a mal acostumbrar, que si no tienes vergüenza por sacarte la teta en el centro comercial, métete en un baño mejor, que si dejas de darle el pecho a los 3 meses, estás privando a tu hijo de una protección frente a enfermedades en su vida adulta, que si sí, es cansado, pero si no estás dispuesta a levantarte por las noches para alimentarlo, no haber tenido un hijo, que si tu leche no vale, que está aguada… Con este bombardeo constante, es fácil que la mujer levante un muro para protegerse y le cueste mucho más pedir ayuda y apoyo cuando surja una dificultad.

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Me han gustado mucho estos post que he leído en otros blogs, os dejo los enlaces:

- Princesas y princesos: Qué hartita estoy de respetuosas…
- Lectora, profe y mamá: Por qué no me haré ecografías antes de la semana 12.
- Mamá de día… y de noche: Una broma es una broma.

Y en medio de este caos de toma de decisiones, de la falta de respeto a ellas y de ausencia total de empatía, he descubierto el Club de las malas madres. Os recomiendo que os deis una vuelta por su web, porque con mucho humor, desmitifican esa maternidad ideal que tanto nos quieren vender.

Tus dudas resueltas, en matronaonline

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