Novela que muestra el hampa bonaerense: adolescentes que se la rebuscan en la calle, trapicheos, guerras de bandas por el monopolio de la droga, mentiras y traiciones a mansalva. Pero todo esto lo cuenta Néspolo con impecable estilo canchero: oído le sobra, y uno lee como si escuchara la novela.
El protagonista, el Gringo, quiere escaparse del mundo en que le tocó vivir. De golpe aparece un libro en su vida: Moby Dick. El libro no le convence del todo, pero le hace pensar que irse también es posible, que siempre queda aventurarse a lo desconocido cuando lo conocido ni convence ni es seguro del todo. La literatura no salva, pero nos invita a imaginar otros mundos posibles. No importa si apenas consigue cambiar las cosas: al menos abre la ventana.
"Demasiadas preguntas. No me gusta que me las hagan. Y menos hacérmelas yo mismo cuando no tengo respuestas. Me tiro en la cama y trato de distraerme con el libro de la ballena, pero no puedo leer. Le sigo dando vueltas a lo mismo. Y al libro también, hasta que se me cae la guita y el papel que me dio el Toni. Vuelvo a contar la plata y repaso la nota por enésima vez. Son mi boleto de ida."