Conocida como la Emperatriz Matilde o Maud, fue la primera mujer en acceder al trono por derecho propio. Era la segunda hija del rey Enrique I de Inglaterra y Edith de Escocia, casó cuando contaba con tan sólo once años, para asegurar la alianza con el Sacro Imperio Romano Germánico, con el emperador Enrique V, que ya contaba con treinta y nueve. La diferencia de edad fue la causa de que el matrimonio no se consumara hasta pasados unos años. Fue muy popular en Alemania, actuando en algunas ocasiones como regente, sobre todo en Italia, durante las continuas ausencias de su marido.
En el año 1120, su hermano Guillermo, que era el heredero legítimo del trono, murió ahogado cerca de Normandía, lo que suponía un duro revés para el rey, que se vio obligado a utilizar toda estrategia para que su hija pudiera heredar el trono, a pesar de que ninguna mujer había reinado en Inglaterra por derecho propio. La solución fue casar nuevamente a su hija. El elegido fue Godofredo V de Anjou, heredero de los condados de Anjou, Turena y Maine. En el momento del enlace, Maud contaba con veinticinco años, mientras su esposo acababa de cumplir los catorce. Godofredo pasaba mucho tiempo lejos de su mujer, siendo la relación entre ellos discutible. Aun así, tuvieron tres hijos: Enrique, duque de Normandía, Godofredo, conde de Nantes, y Guillermo, conde de Poitou.
Cuando Enrique I falleció en 1135, Esteban de Blois, primo de Maud, se apresuró a reclamar el trono de Inglaterra, recibiendo el apoyo de muchos barones, así como el de su hermano Enrique, obispo de Winchester. Los cuales rompieron el juramento realizado en el lecho de muerte de Enrique, por el cual la legítima heredera al trono sería su hija. Matilde intentó recuperar su derecho, cosa que no fue posible, pues no contaba con el apoyo militar de su esposo, que se encontraba más preocupado por la incorporación de Normandía a sus dominios. Finalmente, en abril de 1141, Matilde recupera el trono, siendo coronada como “Señora de los Ingleses” gracias a un concilio clerical en Winchester. Pero su manera de reinar no terminó de gustar a sus súbditos: demasiados impuestos, poco tacto y muchas exigencias. Lo que hizo que Esteban de Blois, con el apoyo de los nobles, lograra deponerla.
Matilde se retiraría a Normandía abandonando la lucha, aunque en 1153, gracias al Tratado de Wallingford, su hijo Enrique será nombrado el heredero de Esteban, coronándose en 1154 como Enrique II. Su madre morirá en Ruan en 1167, pasando, aunque por poco tiempo, como la primera reina legítima de Inglaterra.