Maud y Yeats fueron miembros de la Golden Dawn, una fraternidad de magia ceremonial y ocultismo donde se practicaba la teúrgia y el desarrollo espiritual. Allí, entre sueños, trances y visiones, los tortolitos celebraron un matrimonio espiritual. No se tocaron jamás, aunque algunos aseguran que una vez se dieron un beso y luego se arrepintieron.
La pareja no obstante, disfrutó de una singular intimidad. Se abrazaron y desearon sobre el papel y las letras de uno y otra llevaron sus contenidas emociones a lo largo de muchos años. En su momento, el gran público que saboreó este romance finisecular, prestó más atención a Maud Gonne por su belleza excepcional, destino de musa y tema obsesivo de Yeats, que por su contribución significativa a la historia de Irlanda. Para descubrirla, hubo que retroceder a través de las muchas máscaras y velos que Yeats creó para ella. Sin embargo Gonne también fue un poco cómplice de la creación de su mito. En las cartas a su amante se mostró muy satisfecha por la forma en que Yeats la retrataba en sus poemas e incluso se asoció feliz a los personajes que el poeta imaginó para ella, como Cathleen Ní Houlihan.
Los enojos entre ambos, también fueron anecdóticos: Yeats supo “castigarla” con su No Second Troy atribuyéndole el personaje de Helena de Troya y haciéndola parcialmente responsable de la violencia en Irlanda, al igual que la mítica Helena fue parcialmente responsable de la guerra de Troya. Gonne, por su lado, le disparaba que no tenía suficiente “Marte en su horóscopo” en clara alusión al carácter pacífico del hombre. Las andanzas de Maud con otros gavilanes también fueron célebres. Tuvo dos hijos con el muy casado político Lucien Millevoye y después de rechazar las propuestas matrimoniales de su “amor”, contrajo nupcias con el republicano irlandés John MacBride, despertando los celos y el odio eterno de Yeats, quien sufría y dejaba algunos de los poemas más conmovedores que se hayan escrito.
“¡No soy feliz sin ti!” le dijo alguna vez a su ingrata Maud y ella le respondió: “Oh, claro que sí lo eres. Haces bellas poesías con tu infelicidad y eres feliz con eso. El matrimonio sería un asunto muy aburrido. Los poetas no deberían casarse. El mundo me debe las gracias por no casarme contigo”.
Maud y Yeats inventaron su propio amor, con "un poema y un trombón", y se quisieron así, piantaos, piantaos, piantaos…
Notas:
. Maud Gonne MacBride (1866-1953) publicó su autobiografía en 1938, titulada A Servant of the Queen.. Su hijo Seán MacBride, activo en la política de Irlanda y en las Naciones Unidas, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1974. . Ella murió sola a los 86 años de edad y está enterrada en el cementerio de Glasnevin , Dublín. Fuentes: . Brady, Margery. The Love Story of Yeats and Maud Gonne. Mercier Press Ltd, 1990 . Dowling, Sam. The Flame and the Stone Maud Gonne and W.B.Yeats. Lulu.com, 2007 Google