Revista Diario

Mauricio tenía una flauta (La canción del verano III)

Por Adanero
Mauricio tenía una flauta (La canción del verano III)

Por Le Croissant Musicien

Vamos con la tercera entrega de nuestra particular canción del verano. Sin prisas y con pausas. Que si se llega el mes de diciembre no importa. Algún lector, de la media docena que tiene esta bitácora, habrá en el hemisferio austral que estará disfrutando de la estación estival.
Agradecerles, como no podía ser de otra forma, su participación desinteresada en esta selección. Aunque nos llegan noticias de que algunos de los lectores simplemente lo hacen por el anuncio que hicimos sobre obsequiar a los participantes con un pequeño detalle. Qué poca elegancia. Mon dieu! Pero sea cual sea el motivo de su participación, los agradecimientos se los transmito igualmente. Están haciendo ustedes los deberes. Y bastante bien.
Antes de entrar en materia les comento que el anterior tema ha obtenido un 6,54, lo cual le sitúa en segundo lugar tras la Gallarda Napolitana. No descarto que esta puntuación pueda variar si algún lector rezagado deja su voto. Las notas que hasta ahora van consiguiendo los temas seleccionados, no serán definitivas hasta que se publique la entrada con la pieza ganadora. Que ustedes no saben cuál es pero yo sí. Qué quieren que les diga, cada uno hace con su bitácora lo que quiere. Yo también.
Para esta ocasión volvemos al Barroco. Como muy bien ha dicho alguno de los lectores (creo que así ha sido, los cruasanes somos seres bineuronales y no damos para mucho), este "estilo" se está convirtiendo en la marca de la casa.
Hoy les dejamos una canción ligera y fresca como corresponde a estas fechas. Readings ground, de autor Anónimo. Consultando nuestros archivos hemos comprobado que el tal Anónimo, entre composiciones literarias y piezas musicales, cuenta con 4.759 obras. Sólo en derechos de autor este buen hombre se está sacando un dinero.
Mauricio tenía una flauta (La canción del verano III)El intérprete es Maurice Steger. Joven flautista suizo (con 39 años se es joven todavía aunque se sea flautista, no lo duden) que podríamos considerar como el Jimi Hendrix de la flauta barroca. Su manera de interpretar y de "actuar" sobre el escenario son tan distintas de lo habitual y tan llenas de energía, que el calificativo le define muy bien. Entre sus mayores éxitos, veraniegos o no, destaca el ya mítico musical que arrasó en Broadway, Bartolo tenía una flauta con treinta y siete agujeros sólo. Obra que nos cuenta la dura vida del humilde Bartolo, que a base de esfuerzo, pasó de tocar la flauta dulce en las calles de su Wintertur natal para ganarse la vida, a ser el pastelero con más renombre mundial. Tanta flauta dulce es lo que tiene.
La pieza de hoy, como ustedes comprobarán, tiene una vitalidad tremenda. Es una de esas melodías que suben el ánimo sin quererlo y se le meten a uno muy dentro resonando en su interior incesantemente. Todo un chute musical.
He de confesarles que este cruasán cuando anda de masa caída y no hay levadura que pueda levantarle, se pone esta piececilla para levantar la moral y sentirse lleno de energía. Y la cosa resulta. Vaya si resulta. Con todo ésto ya podrán imaginar ustedes por dónde va a ir mi calificación. Sí, por ahí. Y si encima influyo en su voto, mejor.
Pues ahí les dejo a Mauricio Bartolo con sus muchachos soltando toneladas de buenas vibraciones musicales y anímicas. Escuchen. Disfruten. Gocen. Y voten.
Les recuerdo, cambien de orejas respecto al tema anterior. Escuchen el chute flautístico como si no hubieran escuchado nada anteriormente. Las comparaciones, si las hay, son odiosas.
Anónimo - Readings ground (de The Division Flute. Londres, 1706)
Maurice Steger, flauta. Naoki Kitaya, clave.
Brian Feehan, tiorba. Lorenz Duftschmid, viola da gamba.

© Claves 1994
En la ilustración, Bartolo una vez alcanzada la fama, acosado por tres bellas damas que le reclaman dónde guarda los cruasanes.
Ilustración vía: Alberto Sobrino

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