Mavi Sánchez en la Copa de la Reina de Vitoria. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado / Vitoria
Mavi Sánchez sale del vestuario del Perfumerías Avenida en Mendizorroza cargada con una bolsa de supermercado y una bolsa de deporte gigante. La fisioterapeuta y preparadora física reparte mandarinas entre las jugadoras en la Copa de la Reina de Vitoria. Sus oficios le obligan a tener mil ojos. El tono de Mavi Sánchez es cercano y pedagógico.
—¿Qué llevas en esas bolsas? En este caso, frutas y demás para que las jugadoras tengan rápidamente nutrientes para recuperarse de cara al siguiente partido. También un montón de material para vendarlas, gomas, rodillos de espuma... —¿Qué tipo de ejercicios hacen las jugadoras después de un partido?Lo más recomendable nada más acabar el encuentro son los estiramientos dinámicos suaves o algo de trabajo aeróbico muy ligerito. Después, ya en el hotel, solemos hacer baños con agua fría, contrastes... El resto depende de las necesidades de cada jugadora. —Para la gente que no lo sepa, ¿por qué el hielo?El hielo produce una vasoconstricción a nivel de los vasos sanguíneos y facilita que llegue más sangre a la zona y se eliminen los metabolitos, las sustancias que se han generado después del esfuerzo. Se genera una vasocontricción, pero luego, como efecto reflejo, se produce una vasohidratación. Lo importante es que la sangre se esté moviendo, que lleguen los nutrientes a las células... —¿Crees que tanto la fisioterapeuta como la preparadora física ya no se ven como intrusas, sino como parte del equipo? Antes sí que eran un añadido, algo como secundario. El prepa y el fisio iban cuando podían, pero ahora creo que son bastante necesarios. La gente, poquito a poco, se da cuenta de que son figuras muy importantes que tienen que formar parte del equipo técnico. Muchas veces son vitales tanto en el rendimiento del equipo como en la recuperación de las jugadoras. —Germán Rubio, vuestro jefe de prensa, asegura que te encantaría saltar a la cancha. Estás jugando en la Liga Diputación. ¡Sí! Cada día le pido el cambio a Miguel Ángel Ortega... Le intento engañar... "¡Ahora sale Mavi!". Pero, nada, el tío no me pone y no sé por qué. [Risas]. Ahora en serio... Sigo jugando para matar el gusanillo con las amigas. Soy una enamorada del baloncesto. —Ganaste una Liga y una Copa de la Reina con el Perfumerías Avenida como jugadora. Fueron dos Copas. [Se ríe]. Más que jugar, animaba a las compañeras, que eran las que destacaban realmente. —Entonces estás acostumbrada a un trabajo invisible y silencioso. Si hay lesiones, quizás se señala al preparador físico. Si no las hay, tampoco se le aplaude tanto. El preparador físico no es el responsable de las victorias ni de las derrotas y lesiones. Intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible, aunque cada jugadora es un mundo. A algunas les gustará tu método y te harán caso al 100% y otras no... También habrá quien, en algún momento, tome una decisión con la que no estás de acuerdo. —¿Me puedes poner un caso de eso último, aunque no me digas de quién? No, hombre, no... [Se ríe]. Estoy hablando en general... —Pero has pensado en alguien... Sin decirme el nombre, cuéntame al menos qué hizo. Imagínate que volvemos de un viaje y que, en vez de descansar, una jugadora se va al gimnasio y se lesiona en el siguiente entrenamiento, que sí estaba planificado. No es culpa ni de la jugadora ni de quien se encargue de la preparación física. —Tienes que vivir conectada a Miguel Ángel Ortega. Estamos juntos casi todo el día en el pabellón, igual que con Germán Rubio, Raquel Romo... Quedamos varias horas antes de los entrenamientos para preparar todos los detalles. Estamos todo el día juntos y cuando no hay entrenamientos... ¡También! [Risas]. Enlace relacionado Miguel Ángel Ortega: "No hablo mal de la gente ni me meto con nadie"