Viernes 4 de junio, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto Clausura de Temporada, OSPA, Maximiano Valdés. Obras: Sinfonías nº 5 de Beethoven y Tchaikovsky.La prensa se ha llenado estos días de entrevistas y noticias reflejando la marcha de Max tras 16 años al frente de nuestra OSPA, de las que dejo titulares, autores y enlaces:Jueves 3:Pablo Gallego en LNE, con entrevistas varias: El maestro "fundamental".Cosme Marina en LNE: El adiós de Max Valdés.La Voz de Asturias (Agencias): El alcalde entrega al director de la OSPA la Medalla de Oro del Auditorio.Artículo de Jaime Álvarez Buylla, presidente de la Sociedad Filarmónica Ovetense, en LVA: Max Valdés dice adiós a la OSPA.LVA: Max Valdés por Encarna Rodríguez Cañas (ex-gerente de la OSPA).LVA: Max Valdés, por Jaime Martínez (presidente de Asoc. de Amigos de la Ópera de Oviedo).Viernes 4:LVA: El final de una época: 1994/2010: Max Valdés dice adiós a la OSPA, por Inmaculada Quintanal (ex-gerente de la OSPA, y responsable del fichaje y llegada a Asturias).LVA: Max Valdés, por Francisco Barahona (violinista ecuatoriano de la OSPA desde su creación en 1991).Juan C. Galán en LVA: La ciudad reconoce los 16 años de Max Valdés en la OSPA.También la reseña en LVA para el concierto de despedida: Beethoven y Tchaikovski, último programa del director de la OSPA.A las 19:00 en la Sala nº 5 había la conferencia de cierre a cargo de Eduardo G. Salueña, autor de unas excelentes notas al programa con la exégesis de las dos quintas programadas en el cierre, con el título La sinfonía como catarsis emocional. Primero acudió el maestro chileno (en la foto de arriba entre Eduardo y Ana Mateo, la gerente) a despedirse de una audiencia más numerosa de lo habitual y más cercana que en la magnitud de la gran sala sinfónica, explicándonos el porqué del programa, básicamente "catarsis emocional", la Quinta del sordo, su primera obra con la OSPA hace 16 años en el Teatro Campoamor (estuve porque llevo abonado desde 1992), y la Quinta del ruso, obra que "todo director joven ama y quiere dirigir, que dormía en el cajón de las partituras" y con los años le hacía rejuvenecer y descubrir siempre nuevas cosas.No tengo la categoría de todos los que han escrito en prensa sobre Maximiano, Max para todos, pero mi primer contacto personal fue en el fallido debut como mandolina para Don Giovanni en la temporada de 1996 del Campoamor, más por tuno que por músico, aunque se conjugasen ambas facetas (puede que sean la misma), por medio de mi antigua profesora de "Magisterio" Inmaculada Quintanal, entonces gerente de la orquesta, quien me presentó como tal añadiendo que además era abonado de la OSPA... los callos de mis dedos reventaron en el ensayo general dando al traste ilusión personal por el evento y profesional de Max al tener que sustituirme por un clave, pues no había tiempo para buscarme un suplente. Hoy no hablaré de mi frustración y cabreo por dejar en la estacada a mi mentora y al Maestro, sino del trato cariñoso hacia mi persona. Alguna vez más tuve la suerte de charlar en el camerino o antes de algún concierto, sobre unos amigos chilenos comunes, y de su tío materno Gaston Soublette, todo un personaje (le tengo permanente aquí en el Blog en "Curiosidades"), filósofo, músico... y autor entre otros del ensayo "Mahler: música para las personas", que a su sobrino sorprendió cómo este humilde melómano lo había localizado ("cosas de Internet" le dije), dedicado precisamente a él, y dejándole una fotocopia de las primeras páginas que guardó cual niño descubierto su secreto pero alegre por compartirlo.En septiembre de 2008 comencé este blog como recuerdo escrito de los conciertos y vivencias musicales, siempre personales. Hasta hoy Max Valdés figuraba etiquetado en 60 entradas, lo que da una idea de las veces que le he citado y visto dirigir en el último año y medio, no siempre de acuerdo con él precisamente en estas dos últimas temporadas, con altibajos y cierta condescendencia no siempre buena para resultados óptimos, pero reconociéndole su trabajo a lo largo de esta larga estancia entre nosotros, nada habitual en los tiempos que corren. Es la grandeza de LA MÚSICA, única pero cuyas formas de gozarla y entenderla no son siempre iguales para todos.Del programa de despedida apenas comentaré que tuvo una primera parte aseada y una segunda algo "pastosa", con momentos brillantes y oscuros, en cierto modo como su última trayectoria desde el podio que he reflejado en distintas entradas.Pero sus 16 años entre nosotros NO TIENEN PRECIO, lo han dicho casi unánimemente. Al final nuestro concertino Alexander Vasiliev habló en nombre de "su orquesta", la de TODOS más que nunca (de las ausencias políticas, cada vez más hipócritas, mejor escribiré otro día, así como del desnudo fondo del escenario por primera vez -no estaba la bandera del Ayuntamiento de Oviedo-, recordando que la OSPA es Orquesta Sinfónica del PRINCIPADO DE ASTURIAS), una orquesta de todos nosotros que ha recorrido nuestra geografía y ha crecido de la mano del maestro chileno, una formación de la que debemos sentirnos muy orgullosos y que además es seña de identidad. La deja en un momento álgido capaz de todo, y a ello ha contribuído la estabilidad que da el tiempo, el mismo que valorará en profundidad su papel. Las últimas palabras emocionadas del Maestro nos hicieron darle la mayor ovación que ha tenido desde su llegada, aplausos de agradecimiento por su generosidad, sin olvidársele citar al filósofo Eugenio Trías y su ensayo "Tratado de la pasión" (1978) referidas al Tristán e Isolda que le "redescubrió en su inmensidad" precisamente aquí en Oviedo, su casa a la que volverá pero puntualmente para dirigir alguna ópera y esperemos también algún programa de "su orquesta". En Puerto Rico estoy seguro que hará de la vida musical boriqua otro milagro como el carbayón.No quiero dejar de citar algo que no todos saben (aunque figura en su curriculum): dirigió la Sinfónica de la Juventud Venezolana "Simón Bolívar" cuando apenas la conocían fuera de Venezuela y Dudamel era un violín más... (por cierto, ya ha grabado las dos Quintas que escuchamos este viernes). Max fue de los primeros en ver y creer en El Sistema, dirigiéndoles, apoyándoles y en su honor quiero citar del cuestionario final que aparece en el programa de mano: "¿Cuál es su héroe de ficción? -Tintín -¿Y su héroe contemporáneo? -José Antonio Abreu" (y Max Valdés, integrante del jurado, los propuso, como así resultó, para el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2008).
GRACIAS MAESTRO (también por ser indulgente con los fumadores).