Para la gran mayoría de la gente, todas las nochebuenas suponen el mismo ritual; la misma función teatral: con el tiempo, el paso de la vida, cambian los escenarios e incluso los actores, pero el argumento es básicamente el mismo (aunque no deja de resultar interesantísimo como análisis vital, sobre todo porque en esa noche se suelen ver todos los cambios que la gente ha atravesado en un año… si analizamos varios de estos eventos, seguidos o salteados, podemos ver toda una evolución apasionante… o desevolución, dependiendo del caso jajajaja -me río, pero según los casos, es por no llorar; el sentido del humor siempre es un magnífico flotador vital-).
En cualquier caso, otra de las cosas que siempre llega en esa misma noche, es un momento televisivo que, repentinamente, suele callar el vocerío (al menos durante unos minutos) y que por un momento calma los ánimos y concentra todas las atenciones; me estoy refiriendo, naturalmente, al Mensaje de navidad de su majestad el Rey.
Esta es una tradición especialmente propia de las monarquías (pues el primero fue realizado por Jorge V del Reino Unido con su “Royal christmas message” en 1932 -abuelo de la actual Isabel II-) que ha acabado siendo copiada por la gran mayoría de las jefaturas de estado (e incluso de gobierno), y que básicamente, como todos sabemos, consiste en hacer una especie de memoria del año que se va, con sus logros y sus cosas por solucionar; y comentar los objetivos para el futuro. Tradicionalmente también ha sido, y es, un mensaje de ánimo y apoyo para todos los subditos del Reino, estén donde estén y sean quienes sean.
Pero el mensaje de este año será especialmente importante e histórico, pues, con apenas unos pocos (pero reseñables) meses de reinado, don Felipe está a punto de abordar su primer mensaje navideño como Rey de España.
Este será, probablemente, uno de los discursos más significativos de su reinado, puesto que será el primer mensaje de navidad que haga como jefe de estado, y ello ya ayudará a marcar una pauta. Es más, quizás con el de la Proclamación Real, este puede que llegue a convertirse en uno de los más recordados, no es para menos.
Y la verdad, la expectativa es muy alta, pues lo cierto es que, recién proclamado, don Felipe dejó su propia marca muy elevada con ese perfectísimo discurso con el que asumía la corona española, que gusto a todo el mundo, y con grandes frases que se han convertido en poco tiempo en una referencia clave, y que apuntan a convertirse en las claves que definan su reinado; si don Juan Carlos I se definió como el “Rey de todos los españoles”, don Felipe VI bien podría ser el “Rey de la diversidad” (por su “unidos en la diversidad”).
Y es logico que el discurso con el que se proclamó haya trascendido tanto: su contenido, un magnífico resumen de la situación del momento (realmente un discurso para pasar a la historia, con razón está expuesto en el Palacio Real -quien sabe, puede que también el primer discurso navideño acabe del mismo modo en una vitrina-), y además su lenguaje llano y accesible, lo convirtieron en algo memorable; porque, siendo sinceros, los de don Juan Carlos I (muy contrarios a su estilo como persona) siempre resultaban excesivamente retóricos, complejos y farragosos… en cambio, si por algo se está distinguiendo don Felipe VI es por su capacidad para llegar a la gente a través de sus palabras, con franqueza, simplicidad, concrección y una gran capacidad para abordar todos los temas de una forma perfectísimamente medida y estructurada.
También me intriga el tema de la realización del vídeo en sí; pues en los últimos años del reinado de don Juan Carlos I, se mejoró mucho audiovisualmente hablando: más planos, encuadres más cuidados; una realización más hábil en definitiva… indudablemente, el nuevo monarca querrá imprimir su nuevo estilo y, como en tantas otras cosas, marcar un antes y un después; por lo que, cuanto menos resultará también interesante de analizar a nivel audiovisual.
Personalmente, creo que podría quedar bien si no sólo saliera el Rey; de fondo podrían aparecer la Princesa y la Infanta jugando cerca de un árbol de navidad bajo la atenta y cariñosa mirada de la Reina, por ejemplo (lo que ayudaría a intercalar pequeños planos que dieran un mayor ritmo visual al discurso); pero bueno, ya veremos. Y con el tiempo, podrían participar en el discurso incluso otros miembros de la Familia Real con alguna pequeña frase (no en este momento, ahora todo el protagonismo debe de ser para don Felipe; quizás con los años).
En cualquier caso, va a ser apasionante descubrir como deciden resolver el nuevo estilo audiovisual de este reinado.
Por todo lo comentado anteriormente, yo estoy impaciente por vivir otro de esos grandes momentos históricos para este país, como hemos tenido tantas oportunidades de presenciar últimamente; que será el primer mensaje navideño de un reinado, el de Felipe VI de España.
Así pues, cuando se produzca el momentazo histórico, volveré a actualizar este artículo (como acostumbro, todo lo relacionado con este tema lo escribiré aquí) para dar mis impresiones y comentar ese primer y relevantísimo mensaje navideño que pronto formará parte de nuestra historia con mayúsculas.
Pero mientras esperamos, dejo unas preciosísimas imágenes que también nos hablan elocuentemente de esta monarquía renovada:
-En primer lugar, las nuevas fotografías oficiales de S.M. el Rey don Felipe VI:
No hay más, supongo que debido a la habitual política de austeridad de la Casa Real, por lo tanto sólo se hicieron las más urgentes, y se mantienen como oficiales las anteriores de Virgili que se realizaron hace unos años; así, no se renuevan ni las de vestimenta civil del Rey (siguen las de cuando era heredero); y también la Reina mantiene las mismas fotografías oficiales de cuando era Princesa de Asturias; al igual que los Reyes padres, que también conservan las mismas (bueno, de hecho, se eliminan todas las de don Juan Carlos como militar y las de gala de doña Sofía… el mensaje de que ahora sólo hay unos Reyes está graficamente claro; incluso a pesar de que mantienen los títulos, o el que don Juan Carlos sea capitán general en la reserva).
Para las nuevas fotografías oficiales se ha cambiado de nuevo el fotógrafo (casi siempre se hace) y en esta ocasión, el honor de retratar al soberano ha sido para Gorka Lejarcegi (por cierto, no puedo imaginar mejor publicidad, además del obvio prestigio que conlleva, tu foto pasará décadas y décadas en miles de edificios oficiales, admirada diariamente por miles de personas); este le ha fotografiado en los distintos uniformes: tierra, mar, aire… y por supuesto, de deslumbrante gran gala.
Como curiosidad, comentar que está claro que se han hecho en varias posturas debido a las famosas críticas a Virgili y la famosa (y ridícula, todas las que rodean a la Casa Real suelen serlo, y tener los motivos más absurdos) polémica de si se había hecho photoshop con el entonces Príncipe de Asturias y se había encajado la cabeza… ahora con las nuevas está clarísimo que no.
Ahora bien, la postura de las manos cruzadas, tan propia de don Felipe (se le ve en múltiples fotos), no termina de convencerme para un retrato oficial (expresa cierre, defensa, modestia también); quizás refleja la timidez del Rey (no es para menos, siempre estuvo bajo la sombra inmensa de su padre: apreciado por su labor monarca y por su simpatía como persona, no creo que sea sencillo crecer con eso).
También llama la atención el detalle de que se haya hecho las fotos con la barba, que se había quitado para la Abdicación y la Proclamación Real, y sin embargo, ahora reaparece, lo que es especialmente relevante, teniendo en cuenta que este tipo de fotos suelen durar décadas y décadas (y en algunos sitios se quedan para siempre directamente, ¡cuántos lugares públicos hemos visto dónde aún mantienen una foto de los actuales Reyes padres de exactamente el mismo día en que fueron proclamados!), es una decisión interesante. Como curiosidad, comentar que en la foto de gran gala se parece especialmente a Nicolás II de Rusia, pero no busquemos presagios extraños y fuera de lugar (aunque con tanto Podemos en el que aparece en lista tanto dictador en potencia, no sé que te diga yo).
No obstante, es innegable que está elegantísimo y guapísimo, con mucha clase y estilo; todo ello, también muy propio de él.
Sin embargo, aunque las fotos son bonitas, estéticamente son sosas, y quizás no lo suficientemente regias, los fondos palaciegos siempre quedan mucho mejor que los de estudio, las últimas fotos de los Reyes padres eran un buen ejemplo de ello. Además, se diga lo que se diga, siempre es importante que la monarquía conserve su aura, es una de las cosas que la diferencian positivamente de otros régimenes, la modernidad no es incompatible con la tradición, y la propia institución de la monarquía en si misma es el mejor ejemplo de ello.
En cualquier caso, es una pena que no se hayan hecho más fotos de toda la nueva Familia Real, pues llevamos bastante tiempo deseando ver las nuevas imágenes oficiales de la Casa Real (estas seguro que se hicieron porque las instituciones oficiales tienen que renovarse, que en la mayoría aún se conservan -en algunos casos, por pura pereza- fotos del Rey padre).
En fin, habrá que seguir esperando, como cuentagotas, más fotos que reflejen el nuevo tiempo que representa el actual reinado, aunque mucho me temo que tardaremos años en verlas.
-En segundo lugar, las preciosas y magníficamente bien diseñadas felicitaciones de navidad de nuestros nuevos y flamantes monarcas:
Bueno, la felicitación de los Reyes padres, obviamente, no arriesga nada (como es habitual después de la famosa polémica del photoshop realizado por la propia doña Sofía), y utiliza los habituales fondos artísticos de Patrimonio Nacional para representar la navidad. Como curiosidad, no se puede dejar de reseñar que los Reyes padres ya no firman con una “R” (de “Rey” o “Reina”) al final de sus nombres… ahora ese privilegio lo tienen sus sucesores.
¿Y que decir de la excelentísima, preparadísima y preciosísima felicitación de S.S.M.M. los Reyes?, el colmo del encanto y del buen gusto; además de hábil e inteligentísimo diseño: toda ella haciendo referencia al nuevo reinado: el color carmesí recién inaugurado que lo invade todo, junto con el dorado que ilumina el nuevo escudo regio; todo ello acompañado de las mejores fotos de la triunfal Proclamación Real de hace unos meses; y además un bello mensaje escrito de puño y letra (nueva tradición, no recuerdo muchos textos así, o al menos no tan extensos y personalizados) de las regias personas, acompañado todo ello de sus firmas, completando la nueva Familia Real española.
En fin, próximamente comentaremos en este mismo artículo, el primer e histórico mensaje navideño de su majestad el Rey don Felipe VI… ¡hasta entonces!.