Las decoraciones escandinavas no se rigen siempre por las reglas minimalistas donde todo tiene que estar despejado y los ambientes han de estar escasos de mobiliario, el ‘maximalismo‘ nórdico realizado con armonía y esmero también tiene su encanto.
Personalmente prefiero los hogares para vivir tirando a minimalistas, hay menos elementos que mantener limpios y ordenados, se gana en amplitud y por qué no decirlo, se evita ir acumulando, cosa peligrosa cuando la vivienda no es muy grande.
Este piso de 61 m² es la muestra de que un espacio recargado también puede ser acogedor y estiloso, basta saber escoger texturas naturales (madera, lana, algodones…) y una gama cromática en tonos neutros para evitar un caos de colores.
La cocina por ejemplo, es pequeña pero bien decorada, no solo apetece ponerse a trabajar, también relajarse junto a ese precioso ventanal con una taza de café y un libro, lo mismo que el dormitorio, a pesar de la cantidad de objetos y accesorios pululando por la habitación es amplio y relajante. ¿Qué os parece, mejor despejado o con muchos elementos? ¡Feliz martes!
Vía: Bjurfors