Revista América Latina
Máximo Kirchner chantajeó a Cristina Fernández para quedarse con el Fútbol para Todos
Publicado el 11 febrero 2014 por Andrés Zarzuelo @andreszarzuelo
Cuando le dijeron a la Presidenta que había que introducir algunos cambios en el Fútbol para Todos para hacerlo rentable y que el Estado dejara de invertir millones tirados a la basura porque los clubes reciben fortunas y siguen estando en quiebra, fue Cristina Fernández quien eligió a Marcelo Tinelli para que fuera el gerenciador de la nueva etapa de las transmisiones.
Si junto al presidente de San Lorenzo de Almagro ingresaban en el negocio “Torneos y Competencia”, Cristóbal López y hasta Canal 13, a la Jefa de Estado no le molestaba. Tinelli y el matrimonio Kirchner tenían buena relación desde que Néstor apoyó la construcción del polideportivo en Bolívar, y además su imagen en el fútbol es la del triunfador que se hizo cargo de la situación del club de Boedo casi en la ruina y al borde del descenso y lo coronó campeón.
De paso era un guiño o gesto de buena voluntad que llegaba hasta el Vaticano, sabiendo del aprecio que el papa Francisco siente por el Tinelli que salvó a San Lorenzo y lo llevó bien alto.
Además, tanto el creador de Showmatch como sus socios en esta partida son empresarios que saben manejar negocios de millones de dólares.
Pero cuando Marcelo quiso cambiarle la cara a las transmisiones para hacerlas menos militantes para no espantar posibles sponsors, y dejar de lado a los comentaristas más impresentables de la Argentina, Máximo Kirchner y sus secuaces de La Cámpora advirtieron que no le podían dejar a ellos un negocio multimillonario que se potenciaba justo en el año del mundial de fútbol en Brasil.
Y llevar a la pantalla a personajes que no harían propaganda en las transmisiones de los partidos (como Diego Latorre y demás), no lo iban a tolerar.
Aunque La Cámpora quería más la bolsa de dinero que representa el fútbol financiado por el Estado que la propaganda militante.
Empezaron los tironeos y ya se sabe que la salud de Cristina no resiste disgustos, ni stress y mucho menos peleas con su hijo. Mientras Florencia Kirchner vigila que a su madre no la sobrepasen las situaciones críticas para no volver a tener recaídas, a Máximo solo le interesa su codicia de hacer caja con una ambición desmedida. No es un hábil negociante, no es un empresario ni nada parecido, pero al lado suyo están los perros de presa que se abalanzan sobre toda bolsa de dinero que ande dando vueltas.
Así que empezaron a llenarle la cabeza (desde el “Cuervo” Larroque para abajo), de que el FPT no podía estar en manos de Tinelli. O como Plan B, que La Cámpora y no Marcelo debían ser los gerenciadores del negocio multimillonario.
No les importa si el Estado sigue evaporando fortunas cuando podrían aparecer anunciantes privados, sólo querían mandonear a Tinelli y no dejarle tomar decisiones.
El vicepresidente de San Lorenzo planteó que no lo iba a permitir, que no iba a ser el muñequito de la torta ni el payaso de la fiesta.
Tinelli se creyó fuerte porqué a él lo había puesto Cristina Fernández, no otro funcionario de menor jerarquía.
Entonces Máximo sacó de su galera una truculenta forma de chantajear a su madre. ¿Cuál es? No permitirle ver al nieto, Máximo Iván Kirchner, a quien tiene casi escondido en el Sur y le limita las visitas a Cristina.
Ya no hay muchos incentivos familiares para la Presenta, su hija Florencia que permanece cuidándola de que no la presionen los funcionarios. Al Chino Zanninni lo tiene raleado, y ya no le dan las primeras filas en los actos oficiales sino que lo tiran atrás de todo. La relación entre el Chino y Flopy es irreconciliable, la hija le adjudica haber sido el responsable de casi llevar a la muerte a su madre y cada vez que se cruza le tira alguna frase despectiva.
Máximo la hace renegar mal y se dio cuenta que la mejor forma de apretar a su madre, es escondiéndole de su presencia a Máximo Iván.
Como abuela que quiere ver a su nieto y se lo impiden, Cristina negocia lo que sea para tener en sus brazos al pequeño.
El “Coqui” Capitanich lo dijo en rueda íntima cuando tuvo que dar marcha atrás en la nueva organización de FPT y dejar que Tinelli renuncie para no verse manoseado inútilmente.
Hebe de Bonafini fue la bufona de la corte de La Cámpora porque en su ignorancia no sabe que Cristina sufre con esa situación que aprovecha Máximo de esconderle al nieto.
Una trama macabra para quedarse con el fabuloso negocio del fútbol y que utiliza como rehén a Néstor Iván, algo propio de alguien que ya perdió la razón y hasta la sensibilidad por su madre solo por aumentar su ya ilimitada cuenta bancaria.
Esta es la verdadera trama secreta que dejó a Tinelli fuera de este negocio que él sabría manejar mejor que todos los roedores que ahora lo gerencian.
SEPRIN
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