Revista Cultura y Ocio

Mayo del 68: “Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre”

Por Joaquintoledo

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Contexto del mayo de 68

Todos los fenómenos sociales siguen un proceso de causa-efecto. En el caso particular del Mayo del 68, la causa es bastante extensa y silenciosa, pues avanzó sin ningún tipo de aviso; el estallido fue súbito; y finalmente, las grandes consecuencias, no sólo en Francia sino en todo el mundo.

Ahora bien, la juventud conformada por nuevas generaciones ha sido siempre innovadora y sui generis, no en vano son el futuro de una nación y la responsable de la transformación y evolución de las sociedades; algo quizá intrínseco en la humanidad. Remitiéndonos específicamente a Francia, podemos decir que las causas son económicas y culturales.

Económicas, porque si bien para inicios de los sesenta, Francia estaba bastante recuperada de la crisis de la pos-guerra, desde los cincuenta se venían arrastrando la imposibilidad de reducir al mínimo posible los desempleos y la pobreza, generando hacia inicios de los setenta, un incremento preocupante. Culturales pues, la sociedad y la nueva generación que siguió a la guerra, marcó un inicio y un final.

El modo de vestir, de vivir, de sentir y de pensar en estas nuevas masas, rompía todos los esquemas bajo los cuales los hombres habían vivido. Además las nuevas modas de rock, hippies, entre otras, eran los movimientos que se apoyaban. La política era detestada en gran parte por los jóvenes, quiénes preferían concentrar sus energías en el sexo opuesto, la lectura, los estudios, las juergas y en ocasiones las drogas. Además con lo de la Revolución cubana y el incremento de movimientos guerrilleros, así como la rebeldía a las clases más conservadoras, que por casualidad también eran las políticas, la doctrina marxista había encontrado gran boga en parte de esta juventud, generando enormes abismos sociales por edades, ideologías y estratos.

Eso en cuanto a Francia. En el ámbito político internacional, tenemos innumerables ejemplos. Ya hemos mencionado la acogida que el marxismo tenía en muchos lugares del mundo teniendo bastante apoyo de la juventud mundial, ora por rebeldía contra los conservadores y adultos, ora porque simpatizaban con la ideología contraria a lo que ellos consideraban un “deshumano exceso de capitalismo”. Dicho capitalismo, alcanzada su última fase, el imperialismo, por cierto, venía haciendo bastante daño al mundo. En efecto, luego de la segunda guerra mundial, las guerras no habían terminado como todos los gobiernos habían prometido. La paz jurada a las generaciones futuras no había llegado.

La Guerra Fría había llegado a todo su esplendor con lo de la crisis de los misiles y el mundo dio un suspiro aliviado cuando se libró de una guerra total que podría haber acabado con la especie humana. A eso hay que sumarle los múltiples guerrilleros comunistas en América Latina, Asia y África, la siniestra Guerra de Vietnam, la crisis energética que ya se asomaba, la lucha por los recursos en especial en países africanos y el interminable conflicto árabe-israelí. El hecho es que mientras unos cuantos se enriquecían manteniendo el conflicto con la venta de armas, millones padecían hambre o sufrían los efectos de las guerras. Eso sin contar el pulseo constante entre la URSS y los Estados Unidos, que tenía al mundo aterrorizado.

Respecto a este contexto mundial, probablemente a Francia la podemos relacionar con el conflicto en Indochina, que degeneró en la citada Guerra de Vietnam y que generó sendas protestas por parte del pueblo francés para que su gobierno abandone la política colonialista en el mundo. El caso en Argelia fue otro punto en la lista que trajo muchos problemas a París. En 1961 los argelinos había llevado a cabo una protesta “pacífica” en la capital, pero que dejo el saldo de unos 200 muertos. Los cuerpos fueron arrojados al río Sena. Una vergüenza total, que tardó en salir a la luz y que no dejó de causar enormes revuelos posteriores.

Ante todo esto, es cuando salen a hacer reclamos los jóvenes, en especial los mejor informados: los estudiantes. Organizados en grupos universitarios con los infaltables nombres típicos como “anti-imperialistas, anti-fascistas” y un gran etcétera, muchos de estos “antis” serían luego los protagonistas del Mayo del 68. Claro, también existían organizaciones mucho más serias en los alrededores como los gremios de trabajadores, sindicatos, los partidos de izquierda en Francia, entre otros. A menudo estas organizaciones hacían protestas y nunca faltaba el herido o el muerto. Esto por supuesto sólo generaba mayor rebeldía frente a la autoridad, en especial hacia la policía.

El gobierno del general De Gaulle también tenía por allí sus defensores, como algunos movimientos de jóvenes y no tan jóvenes, de derecha que apoyaban el colonialismo y todas las decisiones del gobierno. A propósito del citado general, pues representaba lisa y llanamente a toda una generación anterior. Su política, si bien popular, estaba llena de conservadurismo y bastante seguido había tocado ya el autoritarismo. Así, podemos afirmar que desde iniciado su gobierno en 1958, De Gaulle ya estaba tocando fondo. Hubo bonanza económica, como lo mencionamos, pero en los últimos años el incremento del desempleo y las exigencias de mejoras en la vida del trabajador eran los principales puntos sobre la mesa, que no se atendían, sino que se resolvían a balazos o con represiones callejeras. Esto generó que los obreros y los estudiantes se unan en sus propósitos contra el gobierno.

El mayo francés
Curiosamente todo empezó el 22 de marzo de 1968 en la Universidad de Nanterre, donde los estudiantes generaron una reforma de las normas de la institución. La policía y un acuerdo solucionaron el asunto, no obstante, los intelectuales ya se habían agrupado en un movimiento llamado 22 de marzo. Un mes después, hubo otras protestas más generalizada de estudiantes luego de que algunos compañeros fuesen apresados por atentar contra empresas estadounidenses. Las protestas fueron otra vez en la Universidad de Nanterre. Unos días después se cierran algunas facultades y estudiantes de izquierda se enfrentan con los de derecha, hacia inicios de mayo. Allí empezó todo. Acusándose a los estudiantes de subversivos y revoltosos, todo explotó. Los simpatizantes con los estudiantes de izquierda movilizaron sus propios adeptos y los movimientos de protesta no marcharon ya sólo contra el suceso de los presos, sino contra el gobierno, el imperialismo y otros asuntos que nada tenían que ver con lo inicial.

Obviamente la universidad más popular de Francia, la Sorbona, no podía quedar exenta de protagonismo y pronto gran cantidad de estudiantes de izquierda comenzaron a congregarse en dicha institución. La policía los vigilaba de cerca. Poco después se convocó a una huelga con el fin de que las fuerzas del orden se retiren de las inmediaciones de la universidad. La violencia pronto estalló y se expandió al Barrio Latino y muchos sectores de la sociedad francesa como algunos burgueses y la clase obrera que simpatizaban con los estudiantes. El gobierno seguía sin liberar a los presos y los enfrentamientos con los estudiantes y la policía se tornaron realmente violentos.

De Gaulle, fiel figura del francés de antaño, se negaba a aceptar su error, pero mientras más tiempo dejaba pasar, más se hundía.
En el mes de mayo los heridos llegaron a las tres cifras y se incrementaban por montones. La gota que derramó el vaso de la intolerancia y la soberbia del gobierno, quizá fue cuando De Gaulle sugirió traer carros blindados. Los obreros deciden ayudar convocando a una huelga general el 13 de mayo, la cual tuvo acogida convocando a alrededor de 200 mil civiles ordenados. Toda Francia se quedó de brazos cruzados. Eran casi 10 millones de trabajadores totalmente inactivos para finales de mayo. En realidad la rápida expansión del inconformismo nos dice que los reclamos y la inconformidad con el gobierno era algo que se tenía guardado durante mucho tiempo.
Finalmente, De Gaulle accede a negociar. Primero con los trabajadores, concluyendo las conversaciones el 27 de mayo, con los Acuerdos de Grenelle, obteniéndose grandes ventajas como un mejor salario mínimo. Hubo sectores que rechazaron el acuerdo, y De Gaulle parecía tener un final cercano. Sin embargo, el 30 de mayo en los Campos Elíseos, habían ya 300 mil personas que apoyaban al presidente, en las calles, aunque lo que en realidad se buscaba era un beneficio para ambas partes y detener la violencia. De Gaulle habla ese mismo día y aclara que no dimitirá, aunque convocara a elecciones en 40 días, debido a que se disolverá la Asamblea.

Las cosas volvieron poco a poco a su cauce. Las empresas iban otra vez recibiendo a sus trabajadores de modo paulatino, pero sólo fue darle ventaja al gobierno. El 12 de junio De Gaulle decreta que los grupos de izquierda eran ilegales y prohíbe manifestaciones callejeras. Se producen arrestos por todas partes. La policía obligó, además, a muchos trabajadores volver a sus labores, mientras otros lo hacían normalmente. En junio la violencia se incrementó, a la par que las protestas se opacaban. Luego vinieron las elecciones, y los franceses apoyaron a los gaullistas. Para esto, los blindados y gran parte de los policías se había retirado de la Sorbona. Se atendieron los heridos, y las universidades se encargarían de cumplir las expectativas de los alumnos. No obstante, no se levantarían los decretos dados por De Gaulle de momento y cuando la Sorbona fue retomada el 16 de junio, los últimos protestantes fueron brutalmente reprimidos en las calles, así como todos aquellos que los apoyaran.

Berlín y Londres hicieron protestas por el trato a los jóvenes y con el apoyo del pueblo al gobierno, De Gaulle se serenó. Lo peor ya había pasado. A pesar de la súbita aparición y desaparición del movimiento, el Mayo del 68 es recordado como una fecha en la cual la juventud parisina llevó un mensaje a sus pares de todo el mundo: decirle basta al imperialismo y autoritarismo de los gobiernos del mundo. Los cambios eran posibles, aunque si la violencia estaba exenta de ellos, sería mejor. El mayo del 68 se exportó al mundo, y situaciones similares hace recordar a los estudiantes franceses año a año.

Escrito por: Joaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.


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