Maldita la manía de la caverna mediática de intentar una y
otra vez poner obstáculos en el final de ETA. Maldita su falta de decoro,
humanidad e inteligencia. Pero no olvidemos que la caverna mediática no hace otra cosa que reproducir
como voceros, lo que anteriormente han dicho sus baluartes políticos, en este caso Aznar y el que nunca falla en el
asunto etarra…Jaime Mayor oreja.
Pero empecemos por el principio. A mi entender, el final de
ETA es necesario para que la vida en Euskadi sea de total libertad pues hasta
entonces no lo será. El problema es cómo se pone el punto y final a ETA.
Todos los analistas coinciden en afirmar que el final de ETA
es ya un hecho y sólo falta plasmarlo de forma oficial con el desarme de la
banda terrorista que durante más de 50 años ha asesinado a militares, guardias
civiles y políticos de uno y otro signo político. Sin embargo, no todos aceptan las 5 recomendaciones que como conclusión, se han extraído de dicha conferencia.
Las discrepancias vienen en la segunda recomendación donde
se insta a los gobiernos de España y Francia a iniciar conversaciones para tratar exclusivamente las consecuencias
del conflicto y en la tercera donde se insta a que se adopten pasos
profundos para avanzar en la reconciliación, reconocer, compensar y asistir a
todas las víctimas, reconocer el dolor causado y ayudar a sanar las heridas
personales y sociales. Analistas como Carlos Carniceros tacha la conferencia por la paz de despropósito en Donosti.
Para muchos esto supondría una concesión a una banda
terrorista que ha sembrado el odio y la muerte por toda la península y en su opinión, lo que tendría que suceder es que la banda terrorista renunciara a la
violencia y pidiera perdón a las familias de las 800 víctimas que llevan a sus
espaldas sin más.
Si lo pienso en caliente, a mi también me nace el pensar que el resto de
españoles somos víctimas de sus fechorías y no debemos ceder ni un ápice para
que ETA tenga un final plácido y con cierto tufo a amnistía. Sin embargo desde
la distancia, me da la sensación que si queremos el fin de ETA debemos
tenderles la mano para que ellos den el paso definitivo sin titubeos.
Ese final de ETA, el que alegraría a millones de españoles,
repatea el hígado de gentuza como Aznar o Mayor Oreja que sólo lo leen en clave
de votos, lo que demuestra su falta de humanidad y su más absoluta falta de escrúpulos,
además de dejar claro que los intereses nacionales les importan bien poco.
Aznar ha pedido que no se trate con"equidistancia" a las víctimas del terrorismo y a sus asesinos porque
hacerlo sería no sólo un "error político" sino un "desastre
desde el punto de vista moral" y que "nunca hay que pagar ningún
precio al terrorista ni por matar ni por dejar de matar".
Pero el ex ministro de la era Aznar ha ido más allá una vez
más. Este espécimen ha tenido la desfachatez de afirmar que “si ETA no mata es porque está ganando” y continúa diciendo que “la banda terrorista hará de todo
menos su final definitivo, hasta que no alcance su objetivos políticos: la autodeterminación
y su proyecto totalitario en el País Vasco” y el tío seguro que duermo tan
tranquilo!
El señor (perdón una vez más por lo de señor) que negoció en
su día con ETA, afirma que ETA no acabará hasta que consiga la autodeterminación,
en un intento desesperado de reventar la conferencia (la cual ha descalificado)
y el final de ETA, pues como he dicho antes, piensa que eso supondría muchos
votos para el PSOE.
Es inaudito que una persona, sea la que sea, tenga la
insensatez de decir estas tonterías en un momento tan importante para la
historia de España como el que estamos viviendo. Pero eso a los voceros de la
caverna les da igual y lo secundan fielmente con titulares como el del ABC que
reza “la ‘conferencia de paz’ se pliega a las condiciones de ETA para el fin de la violencia”.
Pues parafraseando a los miembros del Partido Popular, querer
que la brutalidad de ETA siga presente en las vidas de todos los españoles con
el principal objetivo de que el PSOE no se anote el tanto ante los votantes es antipatriótico.
Pero
lo que Mayor Oreja no dice y sin embargo hace de sus palabras una ignominia es que,
con el fin de ETA los escoltas ya no serían tan necesarios y él, como
empresario de seguridad privada, perdería multitud de clientes. Esto no es
antipatriótico sino que podríamos calificarlo como delito contra la seguridad
nacional.
Creo que estoy en mi derecho de exigir responsabilidad política a los políticos que están intentando una y otra vez hacer fracasar el fin de ETA y con ello, llevan a sus votantes y a los que no les votan también a no poder vivir sin miedo al tiro en la nuca o cambiando de itinerarios constantemente.
Esperemos que el fin de ETA llegue por el bien de todos,
incluidos esta clase de individuos que nunca miran por el bien común sino por el
suyo propio, demostrando una vez más su enorme egocentrismo, eje de toda
organización neoliberal y conservadora como lo es el PP.