La descarnada crónica de la periodista Mayte Carrasco desde la ciudad de Homs (Siria) que escuché en Hora 25 con Angels Barceló, me dio que pensar. Mayte en cinco minutos describió el horrible panorama de una población que está siendo masacrada por el ejercito del dictador Ashar el Basad.
Los cadáveres descuartizados y amontonados en los hospitales, la gente muriendo en sus casas por los bombardeos indiscriminados, la falta de alimentos y un "ejercito libre" en la oposición, sin recursos, intentando proteger a una población atemorizada.
Sigo en twitter a Mayte Carrasco, una periodista freelance que ha vivido varios conflictos internacionales y va y le dice a Pérez Reverte:" gracias por acordarte de los parias del periodismo" y Angels Barceló, casi tan nerviosa como Mayte le dice: "Cuídate mucho" y ella reconoce que pasará esta noche con mucho miedo y preocupación.
Los disparos del ejército Sirio del dictador siguen su cadencia inexorable. Nada les detiene. La apuesta de Ashar el Basad es más sangrienta que la de Gadafi. Obama dice que no hay que intervenir militarmente , que hay otro tipo de soluciones. El Consejo de Seguridad de la ONU, ese órgano inútil en los momentos decisivos en que los vetos de los grandes países llevan a la paralización de las acciones para proteger a los ciudadanos y que sus resoluciones se las salta a la torera, como en Irak, el gobierno americano, ese órgano, digo, muestra su preocupación. Nada más.
Pero Mayte está ahí esta noche de matanzas e impotencia, pasando miedo, hablando con la gente que cruza "la avenida de la muerte" de Homs, que no tiene claro que la OTAN deba intervenir contra el ejercito, asesino de ciudadanos, de Ashar el Basad. "dicen que si entra la OTAN arrasarán las ciudades y los muertos se contarán por miles". Vaya mundo civilizado que nos ha tocado vivir, Mayte.
Y yo, me angustio contigo, Mayte. Tu crónica debía escucharla Obama y el Consejo de Seguridad de la ONU y hasta el propio dictador sirio, pero no lo harán y miles de muertos se amontonarán sobre las conciencias de los que gobiernan el mundo civilizado.
Cuando escuchaba tu voz angustiada, pero decidida, pensaba que hay que tener algo especial para enfrentarse a ese periodismo de trinchera y comprometido, que hay que querer mucho más que a uno mismo a esa profesión, la de periodista, para pasar esta noche y muchas más con ese miedo humano y natural para poder contarnos la verdad de lo que está pasando.
Mayte cuídate mucho porque te necesitamos. No estás sola.