El bienestar de la pareja depende del trabajo y de la participación de los dos. Cuando comenzamos a ver la relación unilateralmente hacemos juicios y criticas constantemente. Además, vamos volviéndonos apáticos, irritables, dramáticos o indiferentes, corriendo el riesgo de apagar la llama del amor. Mantener siempre la actitud de incluir, tomar en cuenta o considerar a nuestra pareja, hará que nos sintamos queridos e importantes.
Podemos encontrar, en una relación, compañía, amor, apoyo, interés, amistad, confianza, comprensión… en fin, una serie de valores indispensables para complementar nuestro bienestar emocional. Pero en ningún momento deberíamos esperar que la otra persona se convierta en el sentido absoluto de nuestra vida, en el responsable de nuestra felicidad, en la respuesta a todas nuestras inquietudes, en la solución a nuestros problemas, en el responsable de todo lo que nos pasa o en el proveedor de todo lo que nos hace falta materialmente, porque si es así, sufriremos la frustración de ver negadas nuestras expectativas.
Todo lo positivo que encontremos en nuestra pareja al comienzo de la relación debería ser suficiente para iniciar y mantener una convivencia sana, grata, que, con el tiempo y debido a las transformaciones personales que ocurran en cada uno de nosotros, vaya aumentando el bienestar y la satisfacción de los dos.
Es importante comprender que para experimentar un mayor bienestar, tenemos que asumir la responsabilidad de trabajar en nosotros mismos para cambiar algunas de las programaciones negativas que nos sabotean esa posibilidad. Con el apoyo, el interés y la compañía de nuestra pareja podremos sanar las heridas del pasado, bajar el nivel de expectativa y disfrutar aún más de cada momento positivo y agradable que compartimos.
Mantener el amor entre los dos implica el cuidado diario de la relación. Aprendamos a mantener a raya el estrés para que no trastorne nuestra manera de ser, evitemos traer los problemas del trabajo a la casa todo el tiempo, dejemos de hablar sobre los que nos preocupa o inquieta con respecto al futuro. Mantener una cierta higiene emocional nos ayudará a proteger la relación de todas las situaciones inesperadas y cambiantes que puedan afectar nuestra vida.
Claves para que funcione
1. No permitan que los demás intervengan. La lealtad hacia la pareja debería ser más importante que cualquier compromiso familiar. En algunos casos, los comentarios y la presencia constante de los padres termina afectando negativamente la relación. Establecer límites les permitirá construir una vida juntos tomando en cuenta los intereses y las necesidades de ambos.
2. Respeten las diferencias. La mayoría de los desacuerdos obedecen a la necesidad que tenemos de cambiar el comportamiento de la otra persona. Esperamos que piense, actúe y analice las situaciones igual a como lo haríamos nosotros. Reconocer y aceptar nuestros diferentes puntos de vista nos ayudará a ganar una visión más amplia de cada situación.
3. Construyan acuerdos. Querer convencer a nuestra pareja para que siempre nos dé la razón puede llevarnos a una crisis y a la separación. Llegar a un acuerdo significa tomar en cuenta los planteamientos de cada uno y, luego, construir una tercera alternativa.