Hace poco que tuve el placer de asistir al concierto de Leonard Cohen en Lisboa. Un lugar muy similar al Palacio de los Deportes de Madrid, lugar donde perdí la virginidad con sus directos. Seguramente también ese día y en ese lugar se encontraba Shahryar Mazgani, después de haber recorrido los 32 kilómetros que separan la soleada ciudad costera de Setúbal de la capital lusa.
Mazgani es un compositor y cantante que consigue fusionar diversos estilos como el rock, el blues o el jazz acompañado por una experimentada banda de guitarras, contrabajo y percusión. Una profunda voz interpretando desgarradas letras. Un lirismo que recuerda a tradiciones como las de Waits, Cave o Cohen.
Treinta años antes la familia de Shahryar dejaba Irán para emprender una nueva vida en Portugal. Treinta años que han hecho que nuestro país vecino se haya convertido en la casa de este cantante, pese al sentimiento de desarraigo que sintió cuando abandonó su país natal. Como todo en su vida, en la música también empezó tarde, unos seis años atrás, aunque siempre ha sido un oyente y amante activo de este arte.
Mazgani se levanta y se acuesta tarde. Compone y escribe canciones en su mayoría autobiográficas. También a veces saca tiempo para hacer otras cosas. Hace poco ha tenido el privilegio de ser el traductor al portugués de la película “Shirin”, dirigida por el maestro cinematográfico iraní Abbas Kiarostami.
“Song of distance” es su último álbum y viene a presentarlo a España el 20 de diciembre en el Moby Dick Club de Madrid. Un último álbum crudo y descarnado. Unas canciones que viven del desamor, de la nostalgia y del dolor.
VANESSA PASCUAL
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