Mc Donald’s

La franquicia de restaurantes establece una nueva política en la que retira la “cheeseburger” del menú infantil, reduce el aporte de sodio y se compromete a que no exceda las seiscientas calorías.

Suscribo, desde luego, cualquier medida encaminada a mejorar la salud de la población o a prevenir enfermedades futuras, pero estoy en desacuerdo con que se trata de una obligación por parte de las multinacionales de la restauración. Es sobradamente conocido que los chiquillos y muchos jóvenes, se pelean por comer o merendar en estos establecimientos de comida rápida o comida basura; de la forma, los ojos de los políticos se vuelven hacia la dirección de la empresa para exigir que sus productos sean más saludables. ¿Se imaginan vds. que conminasen a las chacinerías para vender una panceta sin grasa?¿O que tratásemos de producir jamón ibérico “light”?. La educación de los chavales es responsabilidad básica de sus familias, como es del sistema de enseñanza el que adquieran los conocimientos precisos en otros órdenes de la vida; no vuelva vd. la cara hacia el restaurante que vende hamburguesas grasientas, sin antes haber tratado de educar a su hijo en una alimentación equilibrada y la conveniencia de no frecuentar este tipo de establecimientos, de la misma manera que se les instruye en la prohibición del alcohol hasta los dieciocho años y su consumo prudente a partir de entonces.