Hace ya un tiempo, allá por finales de agosto y principios de septiembre y en el canal Disney + se estrenó un documental llamado McCartney 3, 2, 1, una miniserie de 6 capítulos de media hora, donde el músico británico comparte charla, vivencias, y sobre todo y ante todo trata de música con el afamado productor musical Rick Rubin, bajo la dirección de Zachary Heinzerling. Yo por azar más bien, lo he visto estos días, seguro que los fanáticos desde que salió lo han visto 300 veces y me parece fantástico, pero la verdad es que me alegro de haberlo visto cuando me ha tocado, y sinceramente sin haber tenido muchas referencias, más que algún tráiler, os aseguro que se disfruta mucho más. A lo largo de esos seis capítulos Rubin va sacando de Paul, en un ambiente distendido, amigable podríamos decir, pero ante todo de admiración por parte de Rick Rubin hacia una de las figuras más importantes que ha dado la música y de la que todavía podemos disfrutar, una serie de lecciones, confesiones e incluso visiones de toda su carrera de un valor diría incalculable.
Rick Rubin es bastante especial (anda descalzo casi todo el tiempo), y en los estudios en donde tiene lugar todo ambos recuerdan la mítica etapa con The Beatles, con The Wings y en solitario de Sir Paul McCartney, siempre desde un punto de vista musical, destripan las canciones, quitando y añadiendo pistas, para descubrir más cosas acerca de aquellas composiciones, de las que incluso Paul descubre, aún a día de hoy, detalles de los que no era consciente. Muchas de las partes de este documental contienen auténticas confesiones de Paul, tanto en el terreno estrictamente musical, cómo en el personal que son auténticas joyas. Es muy destacable un asunto sobre el que he hablado muchas veces y es lo importante que era la labor de George Martin en The Beatles, el auténtico quinto beatle y su extraordinario poder sobre las grabaciones de los Fab Four. George, casi siempre acertaba, era capaz de tapar errores que por tiempo no había manera de arreglar, pero también variaba el rumbo de algunos temas, a veces sin consultarles a ellos, pero con el consentimiento de los chicos que delegaban en el Jefe, como Paul le llama varias veces. Es impresionante escucharle hablar de temazos como cancioncillas...
A parte de transmitir una frescura brutal, el documental tiene una cosa que para los amantes de la música es esencial, y es que habla de música casi en su totalidad. Y es realmente apabullante como Rick, que es un hombre de música de alto nivel, reconoce que las líneas de bajo de Paul en muchos temas le dejan con la boca abierta, y es ahí donde el que fuera beatle demuestra otra vez más lo genio que es, dando a entender que cuando componían una canción su libertad para "inventar" era poco menos que infinita, y que a partir de la melodía inicial, ellos añadían cosas hasta convertirla en una joyita, cosa que con el paso de los años se traducía en capas y más capas añadidas a medida que acumulaban experiencia en el estudio y madurez. También destacan anécdotas de cómo se componían las canciones, que a veces partían de cosas bastante normales. Estamos hablando de tres horas de una diversión sin parangón, por mí podían haber estado días, y ningún problema y repasar toda la discografía de cabo a rabo, eso sí hay varios momentos que para un servidor son históricos, como cuando Paul dice que con el paso de los años se ha convertido en un gran fan de The Beatles, siendo él una parte importantísima de ellos, algo tremendo, y por otro cuando él estaba inmerso en la banda tocaba y componía con su amigo John, ahora con la distancia reconoce que componía con John Lennon. La honestidad y la sinceridad de este mito viviente es realmente palpable en el fastuoso documental, filmado en blanco y negro.
En definitiva un disfrute y deleite supremo para aquellos que amamos la música, la que hicieron The Beatles (ocupa el mayor porcentaje lógicamente) y Paul con The Wings y en solitario que enseña las tripas por dentro de las composiciones, algo que no tiene precio.
Os dejo con el tráiler.